Miles de manifestantes salieron el domingo a las calles de ciudades y pueblos de Brasil para participar en un día de protestas antigubernamentales a nivel nacional.
Las protestas, convocadas principalmente en las redes sociales por una serie de organizaciones, fustigan al presidenta Dilma Rousseff, cuyo segundo período en el gobierno se ha visto conmovido por un creciente escándalo de corrupción que ha involucrado a políticos de su Partido de los Trabajadores, así como por una economía vacilante, la depreciación de la moneda y el aumento de la inflación.
Es la tercera manifestación antigubernamental a gran escala este año, después de otras en marzo y abril.
Los analistas políticos creen que la concurrencia a las manifestaciones del domingo podrían determinar el futuro del movimiento de protestas. Si la convocatoria moviliza a multitudes podría aumentar las presiones sobre el gobierno, pero si la concurrencia es escasa podría dar cierto alivio a la presidenta Dilma Rousseff.