Expuso que América Latina vive un momento de diversificación civil y política, que ha dejado atrás la posibilidad de cualquier consenso ideológico, de izquierda o derecha, destacó el diario español El País.
Las relaciones latinoamericanas comienzan a regirse por un neorrealismo democrático, que carece de una mínima institucionalización, por lo que debe ser la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) la que desarrolle herramientas de mediación y resolución de conflictos.
Esas relaciones no se pueden basar solo en que los gobiernos interpretan como sus intereses nacionales y sí dar voz a los gobernados en las negociaciones internacionales, si se quiere una región con democracia, gobernabilidad e integración.
Expuso que la crisis que lleva ya dos meses en Venezuela, ha impedido a Nicolás Maduro concentrarse en la agenda latinoamericana, que se ve en su escasa presencia en recientes procesos electorales, mientras que en reuniones de foros regionales los apoyos recibidos no han sido los esperados.
La declaración de la Celac no carece de fundamentos para observar el comportamiento del gobierno de Maduro, algo que antes Fidel Castro hubiera protestado, mientras la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) algunos países han entrado en contacto con grupos de la oposición venezolana.
Rafael Rojas abundó que las propuestas de mediación internacional muestran que el Estado venezolano se quedó sin margen de arbitraje y ante ello los medios afines al gobierno hablan de incidentes aislados o de una amenaza de golpe de Estado que nunca llega.
El historiador cubano precisó que es equivocado atribuir a intimidaciones del bloque bolivariano las posiciones de algunos gobiernos, cuando lo que se está en juego es no crear precedentes de intervención en la crisis interna de un vecino que ocasione ingobernabilidad. Abundó que en América Latina no hay gobernabilidad plenamente asegurada, dados los altos índices de pobreza, desigualdad y violencia.