La película de Carlos Clausell y Josep María Bendicho, presentada el viernes en el Festival Internacional de Cine de Morelia en la categoría de mejor largometraje mexicano, retrata el submundo de la vida nocturna en el barrio de El Raval, donde la fiesta sale de los edificios y dura toda la noche.
“La serie de gentes que actúan en la película son amigos y los lugares y la atmósfera y las locaciones también son de otros amigos”, dijo Clausell en entrevista con The Associated Press. “Era simplemente fotografiar un poco la forma en la que pasaban las cosas en ese barrio”.
“Bictor Ugo” tiene un estilo documental con personajes como Alter Ugo (interpretado por Hugo del Pozo), que en la vida real es un intelectual y “borracho perdido”, a decir de Clausell, “tirado por convicción”.
Bictor Hugo (Hugo Hermo) está totalmente dedicado a vagar. Aparecen aspectos de su intimidad, como su microapartamento en una azotea, con libros y un baño al que no le funciona la ducha, por lo que se tiene que bañar a cubetazos en la intemperie. Allí vive Hermo en la vida real, salvo su perro, que en realidad es de Bendicho.
Hermo sí se bañaba como Ugo hasta que tuvo que rentar su “covacha” para ir a Tailandia, dijo Clausell.
“Y para rentarla tenía que hacer la reparación” de la ducha. “¿Sabes cuánto le costó la reparación ya con mano de obra y todo? 35 euros”, dijo. “Por no pagar 35 euros se estuvo tres años sin agua”.
Durante el día Bictor Ugo fuma marihuana y cae en un sueño en el que las cosas se ven de cabeza y los sonidos, como el de las patas de su perro sobre la calle, se escuchan distorsionados. La escena fue hecha con la cámara montada en un bastón al ras del suelo.
“Las tomas salieron así y eso de repente se convirtió en un sueño”, dijo Clausell. “Cuando las vimos dijimos: ‘Claro, así es, es el sueño de él un poco”’.
Bictor Ugo también usa cocaína y fuma un cigarro tras otro. Es un “deshumorista” porque hace enfadar a más de una persona en la cinta, incluso a una chica guapa, pero cuando logra concentrarse para hacer sus trucos consigue euros.
“Le ha tocado vivir desde muy chico esa situación de mantenerse y ganarse la vida en la calle; enfrentar esa realidad”, agregó Clausell.
Éste es pintor y Bendicho trabaja buscando locaciones para películas. El proyecto surgió como un cortometraje de Clausell. Ambos se conocieron hace años, cuando Clausell llegó a rentar un cuarto en casa de Bendicho en Barcelona.
Para Clausell, Bictor Ugo es “una oda al que puede vivir en esa forma, sin horarios, en una magia, en un invento de sacar cosas de la nada y de eso vivir”.