Con ello, el país europeo se adecuará a las exigencias de la ley estadounidense de Cumplimiento Fiscal de Cuentas Extranjeras (FATCA, por sus siglas en inglés), destinada a combatir el fraude y la evasión fiscal. Dicha normativa obliga a las entidades financieras extranjeras a suministrar a la administración de Estados Unidos informaciones sobre las cuentas abiertas por ciudadanos estadounidenses en otros países.
También las entidades estadounidenses deberán comunicar a las autoridades de Bélgica sobre las actividades de los contribuyentes de ese país en Estados Unidos.
Al adecuarse a la ley, las entidades financieras belgas evitarán una imposición automática de 30 por ciento sobre las transacciones realizadas con Estados Unidos, explicó el ministro de Finanzas, Koen Geens. También empezarán a adaptarse al procedimiento electrónico exigido por el sistema de recaudación de impuestos estadounidense, agregó.