El 13 de junio se conmemora la abolición de la pena de muerte en Bélgica, siendo el único estado comunitario que la mantenía vigente dentro de su Código Penal, aunque esta misma no era aplicada desde 1918.
En Bélgica se tomaba como pena de muerte a la sentencia de la cadena perpetua, pues esta misma era interpretada como pérdida de la vida dentro del cumplimiento del castigo por haber cometido un delito grave.
Antes de 1918, la pena de muerte se ejecutaba por medio de la guillotina, siendo la primera vez que se ejecutó la misma en la sentencia al Mariscal Emile Verfaille, quien era un artillero hallado culpable de haber estrangulado en la provincia de Furnes, ubicada al sur de Bélgica, a una joven a la que había dejado embarazada.
Durante los siguientes 18 años, el gobierno de Bélgica pagó mil 800 francos belgas por año a un verdugo, aunque nunca más tuvo que utilizar sus servicios por alguna pena establecida a criminales de aquel país.
El jueves 13 de junio de 1996 se abolió en el Parlamento Belga de manera oficial esta pena de muerte, esto después de haberse sometido a votación, en donde se obtuvieron 129 votos a favor de abolirla, mientras que sólo 13 votos se mostraban en contra de esta acción.
Desde entonces se estableció que la máxima pena de muerte oscilaría entre los 20 y 30 años de cárcel, aunque en verdad el tope sería de 14 años con consideración de la vida de las personas que llegaran a tener que cumplir esta pena máxima establecida por el Parlamento y postrada en el Código Penal de aquel país.
La pena de muerte sigue siendo aplicada en diferentes países, siendo el ejemplo más claro el de los Estados Unidos, en donde la pena de muerte se sigue utilizando, aunque no para todos los estados, siendo algunos solamente, sobre todo en el sur, los que aún aplican esta máxima sentencia que priva de la vida a los delincuentes que, por sus delitos, así se lo atribuyen.