La cancillería china ha presentado hoy protestas formales en contra de Estados Unidos, la ONU, Alemania y Francia, entre otros, además de calificar como “comentarios irresponsables” sobre el caso de Liu Xiaobo, el disidente y Premio Nobel de la Paz quien falleció ayer en un hospital mientras se encontraba bajo estricta vigilancia policial.
“Hemos presentado protestas ante algunos países para mostrar nuestro descontento“, fue lo señalado en una rueda de prensa por parte de Geng Shuang, portavoz de la cancillería, quien ha subrayado que el tema constituye “un tema interno” y que esos países “no están en condiciones de hacer observaciones inadecuadas”. El portavoz ha dejado entrever que la lista de países e instituciones podría prolongarse.
De igual manera se ha negado a precisar si Beijing dejará libre a la viuda del Nobel, Liu Xia, quien estuvo bajo arresto domiciliario durante los últimos siete años sin estar acusada de algún delito, o si es que se le permitía viajar a cualquier otro país.
Los últimos momentos de Liu Xiaobo fueron bajo un hospital blindado y sin haberle concedido el último deseo de buscar ayuda médica en el extranjero, y en caso de morir, hacerlo en un país libre.
La salud de Xiaobo, según el equipo médico que lo trató, fue deteriorándose en las últimas dos semanas, mientras llegaban los primeros y tibios reclamos sobre su liberación, la cual fue descartada por Pekín. Sus amistades hicieron el intento de verlo por última vez, un esfuerzo más que tampoco vería resultados favorables.
Liu si pudo ver a dos médicos extranjeros, sin embargo, estos mismo no pudieron hacer mucho para constatar el mal estado de salud en el que se encontraba y escuchar el diversas ocasiones sus deseos de abandonar China.
Uno de los abogados que representó a Xiaobo, Mo Shaoping, ha explicado que hasta el momento nadie ha podido contactar a su familia y sigue siendo desconocido si es que Pekín respetará los deseos de su mujer en relación al entierro del intelectual.