El arzobispo de San Salvador expresó el domingo su felicidad porque el proceso de beatificación de monseñor Oscar Arnulfo Romero entró en su proceso final y pidió a los salvadoreños unirse a una campaña de oración para que pronto se cumplan los últimos pasos y sea llevado a los altares.
“Nosotros estamos sumamente contentos, sumamente agradecidos con Dios, con el papa, con la Iglesia y pensamos que primero Dios va a ser pronta la beatificación“, dijo monseñor José Luis Escobar Alas en conferencia de prensa luego de presidir la misa dominical en la catedral metropolitana de la capital.
Escobar Alas que afirmó aún no tienen la comunicación oficial, dijo que los teólogos de la Congregación para la Causa de los Santos reconocieron que monseñor Romero fue asesinado “por odio a la fe”, por lo cual se considera mártir, decisión que debe ser ratificada por una comisión de cardenales y después por el papa.
“Por votación unánime se confirmó el martirio de monseñor Romero, como un acto de odio a la fe, afirmando de esta manera que la causa de su martirio fue el odio contra el amor por la justicia y contra la predilección por los pobres que monseñor Romero vivía como manifestación de su fe en Cristo”, agregó el jerarca católico.
Al ser declarado mártir, Romero puede ser beatificado sin que se le atribuya un milagro, paso previo para ser proclamado santo por la Iglesia católica.
Escobar Alas que destacó que “ciertamente estamos al final del proceso, y un final positivo”, explicó que la beatificación es un paso para luego ser canonizado, pero lo normal es que primero es que se beatifica y después se canoniza, ya no hay otro proceso”.
Reconoció que para ser canonizado lo único que se pide es un milagro, “sin embargo el papa es la autoridad suprema de la Iglesia y él puede dispensar el milagro y canonizarlo” y “Si Dios quisiera que de una vez fuera canonizado seria muchísimo mejor”, agregó.
La Iglesia inició la entrega de una oración que dijo escribieron en la que fue la oficina de Romero, para que todos se unan en oración pidiendo la pronta canonización del arzobispo mártir.
Romero, llamado también “la voz de los sin voz”, fue asesinado el 24 de marzo de 1980 con un disparo al corazón cuando oficiaba misa, un día después de pedir a los militares en una homilía: “En nombre de Dios y de este sufrido pueblo les ruego, les suplico, les ordeno, en nombre de Dios, cese la represión”.
Un informe de la Comisión de la Verdad de Naciones Unidas, creada después de los acuerdos de paz, determinó que el autor intelectual del crimen fue el ya fallecido mayor Roberto D*Abuisson, fundador del partido derechista Alianza Republicana Nacionalista (Arena) que gobernó el país durante 20 años (1989-2009).
Sin embargo, los responsables del crimen no serán procesados debido a una amnistía promulgada por el gobierno de Arena horas antes de ser divulgado el informe de la Comisión en 1993.