El desperdicio electrónico (definido como cualquier cosa que tenga batería o un cable eléctrico) puede presentar un grave problema porque a menudo contiene substancias dañinas para los seres humanos y el medio ambiente si no son tratadas apropiadamente. Por otro lado, parte de él puede ser reciclado para generar ingresos financieros.
Un centro de estudios estadounidense estima que la cantidad de desperdicio electrónico aumentará de casi 48,9 millones de toneladas métricas en el 2012 a 65,4 millones en el 2017, cifra que equivale a casi 200 veces el peso del edificio Empire State. Estados Unidos fue el mayor generador de basura electrónica el año pasado, con un total de 9,4 millones de toneladas métricas, seguido de China con 7,3 millones.
Los estadounidenses están aún más adelante desde una perspectiva per cápita, con casi 30 kilogramos (66 libras) de basura electrónica, comparado con 5,4 kilos (12 libras) por China. El promedio global es de 7 kilogramos (15 libras) por persona.
Pero China se está acercando, algo evidenciado por el hecho de que tuvo el mayor volumen de productos electrónicos en el mercado el año pasado, con 11,1 millones de toneladas métricas. Estados Unidos tuvo unos 10 millones de toneladas.
En su conjunto, los países en desarrollo y las economías emergentes producen ya tanta basura electrónica como el mundo desarrollado, dijo Ruediger Kuehr, que dirige el secretariado de StEP, una iniciativa internacional con sede en la Universidad de las Naciones Unidas en Bonn, Alemania y que busca soluciones al problema de la basura electrónica.
“Existe un hambre de tecnología que facilite nuestras vidas”, le dijo Kuehr a The Associated Press. “No sólo de tecnologías de comunicación, sino también aparatos médicos, lavadoras y juguetes electrónicos que son tan populares en la temporada navideña”.
El informe, que basó sus conclusiones en estimados de cuánto tiempo duran esos productos, y datos sobre productos desechados en varios países, representa la primera vez que se publican datos globalmente comparables sobre basura electrónica, dijo. Fue publicado conjuntamente con un estudio del Instituto Tecnológico de Massachusetts y el Centro Nacional de Reciclaje Electrónico de Estados Unidos que monitoreó el flujo de esos desperdicios.
Ese estudio, que excluye aparatos electrodomésticos grandes, porque hay un sistema establecido para reciclarlos en Estados Unidos, concluyó que los celulares son el objeto más común en la basura electrónica en el país. Unos 120 millones de esos teléfonos fueron descartados en Estados Unidos en el 2010. La mayoría fueron a parar a Hong Kong, Latinoamérica y el Caribe.