Proveniente de Bruselas, Bélgica, el Boeing 747 Air Force One del mandatario estadounidense aterrizó a las 21:19 hora local (20:19 GMT) en el aeropuerto Leonardo Da Vinci de Roma, cuyo espacio aéreo fue cerrado por cerca de media hora.
Después, el cortejo presidencial formado por 26 vehículos blindados y ocho motocicletas se trasladó a la Villa Taverna, la residencia del embajador estadounidense en Roma, John R. Phillips, donde Obama pernoctará durante su visita oficial, que concluirá el próximo viernes.
Más de mil agentes de las fuerzas del orden han sido desplegados en el centro histórico del Vaticano para vigilar la seguridad del mandatario.
Según medios locales, unos 200 infantes de marina estadounidenses también vigilan la seguridad de Obama.
Por su parte, la Jefatura de la Policía Romana confirmó que el tráfico será cerrado por las vías en las que pasará el cortejo presidencial en sus 36 horas de estancia en Roma.
El programa oficial prevé para las 10:30 horas locales (09:30 GMT) del jueves un encuentro de Obama con el papa Francisco en el Vaticano.
A las 12:30 horas locales, se trasladará al Palacio del Quirinale -sede de la jefatura de Estado- para reunirse con el presidente italiano Giorgio Napolitano.
Dos horas después, está previsto un encuentro de trabajo con el primer ministro italiano Renzi, en el palacio de recreo romano la Villa Madama, al término del cual habrá una rueda de prensa conjunta.
Por la tarde, Obama tiene prevista una visita privada al Coliseo, cuya zona adyacente, que incluye los Foros Imperiales, será cerrada a los turistas.
El presidente Obama estará muy contento de volver a ver a su viejo amigo, el presidente Giorgio Napolitano, al que considera una fuente de estabilidad e integridad del país, declaró el embajador Phillips a la televisora pública RAI.
Dijo que el mandatario estadounidense ama mucho a Roma y está feliz de poder reunirse con el Papa Francisco, al que admira y cuyo primer año de pontificado ha seguido atentamente.
Según Phillpis, el presidente estadounidense también está muy contento de poder conocer mejor al nuevo primer ministro italiano Matteo Renzi.
Antes de la llegada de Obama, escuadras de la policía y del cuerpo de Carabineros supervisaron las zonas consideradas sensibles, incluido el río Tiber, que cruza la ciudad.