Creo que el mundo está unido en reconocer que los pasos que Rusia ha tomado violan la soberanía de Ucrania, su integridad territorial y son una violación de la ley internacional y de acuerdos previos hechos por Rusia, manifestó Obama.
En declaraciones a reporteros en la Casa Blanca al término de un encuentro bilateral con el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, Obama dijo que el propósito de los esfuerzos de su gobierno es que sean los ucranianos quienes controlen su destino.
El mandatario indicó que Rusia no puede actuar con impunidad al desplegar a sus soldados en territorio ucraniano, violando principios básicos que son reconocidos en el mundo.
Creo que la fuerte condena que (esa acción) ha recibido de países alrededor del mundo resulta una indicación del grado con el que Rusia se ha colocado en el lado equivocado de la historia esta vez, precisó.
Obama dijo que su gobierno ha indicado a Moscú que si ellos continúan con esta trayectoria, vamos a examinar una serie de pasos, económicos y diplomáticos que van a aislar a Rusia y tendrán un negativo impacto en su economía y su posición en el mundo.
El mandatario recordó la decisión de su gobierno y el resto de los países que conforman el G-7 de condenar la movilización militar rusa en la península de Crimea, por lo que suspendieron los preparativos para el encuentro de líderes del G-8 previsto para junio en Rusia.
De igual forma, reafirmó el respaldo de Estados Unidos al gobierno interno de Ucrania, apoyo que dijo será reafirmado por el secretario de Estado, John Kerry, quien tiene previsto viajar a esa nación este martes.
Está previsto que Kerry discuta además con las autoridades ucranianas un posible paquete de asistencia económica que la Unión Europea y el Fondo Monetaria Internacional (FMI) discuten para apoyar la maltrecha economía de Ucrania.
Al respecto Obama llamó al Congreso a apoyar las gestiones de su gobierno en este sentido, y espero que esto sea lo primero de que se ocupen, dijo, al aludir las críticas de senadores como el republicano John McCain, quien calificó de incompetente la política exterior del mandatario.