En un mensaje para conmemorar el Día Mundial de la Justicia Social, el secretario general de la ONU indicó que la brecha entre ricos y pobres se expande no sólo entre países, sino también dentro de éstos, lo que divide a sus poblaciones.
Destacó que las circunstancias en que una personas nace, donde vive o a qué género o grupo étnico pertenece no debe nunca determinar el nivel de sus ingresos o su acceso a la educación, servicios de salud, trabajo decente, vivienda, agua potable o participación política.
No hay nada inevitable acerca de la desigualdad. Nuestro objetivo compartido debe apuntar a tomar medidas prácticas para eliminar las barreras formidables al desarrollo y la dignidad humana, aseveró.
El titular de la ONU manifestó además que los conflictos violentos en muchas partes del mundo a menudo tienen su origen en profundas desigualdades, en comportamientos discriminatorios y en entornos con una pobreza muy extendida.
Sin embargo, advirtió que la experiencia muestra que el crecimiento económico por sí mismo no es suficiente. Tenemos que hacer más para fortalecer a los individuos mediante un trabajo decente, apoyar a la gente a través de la protección social y garantizar que se escucha a los pobres y a los marginados.
Un informe del Fondo de Población de la ONU (UNFPA, por sus siglas en inglés) publicado este mes apuntó de hecho que la creciente desigualdad en el ingreso puede afectar negativamente los avances realizados en temas de salud y de incrementos en las expectativas de vida de la población mundial.
Destacó por ejemplo que muchos de los mil millones de personas que viven en los 50 ó 60 países más pobres se quedarán en la misma situación mientras que el mundo continúa enriqueciéndose.
El documento estimó que 8.4 por ciento de la población adulta controla el 83.3 por ciento de la riqueza global en el mundo, en tanto que casi 70 por ciento posee sólo el 3.0 por ciento de los recursos mundiales.
En ese sentido, el presidente de la Asamblea General de la ONU, John Ashe, llamó a la comunidad internacional, con motivo de este Día, a reconocer que los principios de la igualdad y de la justicia social son esenciales para las relaciones internacionales.
Ashe declaró que hay que redoblar los esfuerzos para avanzar en los Objetivos de Desarrollo del Milenio y en la agenda de desarrollo sostenible posterior a 2015, en la que la erradicación de la extrema pobreza y la justicia social son asuntos centrales.