La familia de Freddie Gray, quien murió después de lesionarse gravemente mientras estaba detenido por la policía, llegó a un acuerdo tentativo de indemnización de muerte por negligencia por 6.4 millones de dólares con la ciudad de Baltimore.
Seis agentes de la policía están acusados de cargos penales derivados de la muerte de Gray, un afroamericano que sufrió una herida mortal el 12 de abril en un camión de transporte de detenidos. Su muerte causó manifestaciones, algunas de ellas violentas, en Baltimore durante varios días.
El acuerdo, que todavía debe aprobarse por una junta que supervisa el gasto municipal, resolvería la demanda civil iniciada hace aproximadamente una semana contra seis agentes policiales, informaron el martes las autoridades.
“El acuerdo propuesto no debe interpretarse como un dictamen de culpabilidad o inocencia contra los agentes que se enfrentan a juicio”, dijo la alcaldesa de Baltimore, Stephanie Rawlings-Blake en un comunicado. “Este acuerdo se propuso meramente porque a la ciudad le interesa, y evita un prolongado y caro litigio que sólo haría que fuera más difícil que nuestra ciudad sanara y potencialmente le costaría a los contribuyentes muchos millones de dólares más en daños”.
El acuerdo no elimina la disputa de los hechos y no constituye la expresa aceptación de responsabilidad por parte de la ciudad, su departamento de policía ni los agentes. El acuerdo no tiene nada que ver con el procedimiento penal, decía el comunicado de prensa.
Los reportes iniciales de la policía decían que Gray había sido arrestado en posesión de una navaja, aunque si Gray portaba la navaja de forma legal sin duda será un punto central en el juicio. Los fiscales dicen que de acuerdo con un decreto de la ciudad la detención fue legal mientras que los abogados defensores de los policías alegan que se trataba de una navaja automática y, por lo tanto, es ilegal de acuerdo con las leyes de la ciudad y el estado.
Los seis agentes, incluidos Edward Nero y Garrett Miller, están acusados de agresión no premeditada, mala conducta en oficina y conducta imprudente. El teniente Brian Rice, la sargento Alicia White y el oficial William Porter también enfrentan a cargos por homicidio culposo, mientras que el oficial Caesar Goodson se enfrenta al cargo más serio de todos asesinato despiadado, que se refiere a un acto de excesiva indiferencia que le llevó a no preocuparse por la posibilidad de que la forma en que se le trataba resultaría en su muerte. El cargo sugiere que el acusado sabía que había peligros en el acto en cuestión y no le importó.
Tres de los agentes acusados son afroamericanos y tres son blancos.