La presidenta de Chile, Michelle Bachelet, envió el sábado al Congreso un proyecto de ley, que seguramente significará un fuerte debate parlamentario, para despenalizar el aborto en tres supuestos: malformación del feto, riesgo de vida de la madre y violación.
“No podemos condenar a las mujeres a que carguen solas con el dolor con las pesadas consecuencias de no poder decidir por causas de una ley, porque atropellamos su dignidad, prolongamos sus sufrimiento, arriesgamos su vida”, afirmó la mandataria en un acto especial para la de presentación de uno de sus proyectos más emblemáticos, que ya había anunciado en su discurso a la nación en mayo pasado.
Se prevé un arduo debate parlamentario en torno a la cuestión. Chile es uno de los menos de 10 países en el mundo que no permite el aborto en ningún supuesto y donde el 70% de la población se declara católica. Varios legisladores en la oposición, pero también dentro de la Nueva Mayoría que apoya a la presidenta, ya han anunciado su rechazo al proyecto.
Bachelet recordó que el aborto terapéutico estaba permitido en Chile durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), cuando se abolió de forma arbitraria poco antes de que abandonara el poder. La mandataria apeló a que la legislación actual “supone un incumplimiento inequívoco de las leyes internacionales” al respecto, recordando que varios organismos internacionales, entre ellos Naciones Unidas, han recomendado en reiteradas ocasiones modificar la actual legislación y permitir el aborto terapéutico.
El proyecto actual pone especial atención a los casos de embarazos de menores de edad en caso de violación. “Sabemos que existen niñas que producto de este vejamen han quedado embarazadas y también sabemos que algunas de ellas son incluso menores de 12 años”, afirmó la mandataria.
La iniciativa también amplía el plazo de decisión para las menores de 14 años de edad, de las 12 semanas habituales a 18 semanas, puesto que “las niñas y adolescentes muchas veces desconocen su estado”, afirmó Bachelet.