La municipalidad de Santa Catarina Pinula asegura que advirtió a la población sobre los riesgos, aunque los residentes que sobrevivieron aseguran que nadie les dijo nada sobre el peligro que corrían.
El último aviso lo dio la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres, conocida como Conred: en un estudio técnico de noviembre de 2014, solicitado por la propia municipalidad, señaló que los pobladores enfrentaban riesgos debido al crecimiento constante, especialmente en época de lluvia, del río Pinula que pasa por la comunidad.
“Se observan fracturas en bloques de material que pueden indicar futuros deslizamientos (de tierra)” dice el informe, que asegura que también los pobladores habían realizado trabajos en el río para poder cruzarlo, incluso con una reducción hasta de 10 metros en algunas áreas.
Pero esa información, según los vecinos, nunca llegó a sus oídos.
Los habitantes estaban acostumbrados a vivir con el desborde del río y deslizamientos de tierra. De hecho, no fue sino hasta el lunes, tres días después de la tragedia, que autoridades declararon el lugar inhabitable. La cifra oficial de muertos era de 186 el martes, y aún se desconocía el paradero de unas 300 personas.
Marco Antonio Pu, de 17 años que ahora le toca vivir en un albergue luego de perder su casa, dijo que sí hubo algunos derrumbes, pero nada grave. “Nunca imaginé un deslave así”, comentó el joven.
Evelyn de Cifuentes, una de los más de 250 afectados que están viviendo en los albergues locales desde la tragedia, recuerda que su suegra murió por otro derrumbe en el mismo lugar.
“Mi suegra murió en un derrumbe también en 2010, nosotros ya teníamos miedo”, dijo De Cifuentes. Aun así, decidió con su familia quedarse.
Manuel Pocasangre, vocero de la Municipalidad local reconoce que no hay documentos sobre el aviso que se habría hecho a la población. “Se hizo de boca en boca, de casa en casa, hacerlo así es parte de las costumbres de la comunidad”, dijo.
Cambray II está ubicado al fondo de un hoyo bordeado por montañas, cerros y un río. Solo cuenta con un acceso de entrada y salida, las condiciones perfectas para una catástrofe.
De Cifuentes dijo que su casa aún estaba siendo pagada por su esposo.
Por lo pronto, el Ministerio Publico informó el martes que ya inició una investigación para establecer responsabilidades penales de quienes autorizaron la construcción de las casas en el lugar. También indaga si los constructores contaban con licencias e informes sobre lo peligroso del lugar.
“Ya abrimos una investigación, paralela a la parte de identificación de víctimas, levantamientos de actas sobre las defunciones, vamos a establecer el grado de responsabilidad que se pudiese establecer, de quién autorizó las obras en el lugar o si alguien no tomó las acciones oportunas para evitar la tragedia”, explicó Pérez.
El territorio de Cambray II estaba en disputa desde 2002, cuando la Municipalidad de Guatemala reclamó dicho territorio. Incluso en su página oficial aparece el área del lugar como parte de su jurisdicción.
Sin embargo, era la Municipalidad de Santa Catarina la que proveía de servicios de agua a la población y donde los habitantes pagaban su impuesto de vivienda.
“Licencias (de construcción) aquí por parte de la municipalidad de Santa Catarina, no hay, pero sí (se pagaban) servicios, como el agua potable o el del Impuesto Unico sobre inmuebles”, dijo Pocasangre.
El vocero confirmó que la comuna recolectaba el pago del Impuesto Unico sobre inmuebles, que cada propietario de una vivienda hace anualmente. “No eran todos, pero sí lo pagaban en la municipalidad de Santa Catarina”, dijo Pocasangre.
La municipalidad de Santa Catarina sostiene que sí respondió a una de las recomendaciones del informe de Conred, que era dragar el río del lugar. Pero no hizo lo mismo con una de las primeras sugerencias, que era iniciar negociaciones para reubicar a los pobladores de Cambray.
Según el director Ejecutivo de la Conred, Alejandro Maldonado, tras declararse Cambray II con un lugar inhabitable, ahora sí se tendrá que reubicar a la población del lugar.
El procurador de los Derechos Humanos, Jorge de León Duque, dijo que hizo un llamado a la municipalidad para que desaloje a otras 50 familias que aún están en el área o tomará acciones legales.
De León recordó que la misma condición de riesgo existe por toda Guatemala. La Conred estima en 8.000 las localidades bajo peligro.
“Guatemala, uno de los cinco países más vulnerables del mundo… Con las condiciones de la pobreza en las que se vive y las condiciones de peligro… tenemos enorme riesgo que eso se vuelva a repetir”, dijo De León. “No pueden autorizar casas en áreas con condiciones peligrosas”, añadió.
Conred había hecho al menos dos reportes anteriores, en 2001 y 2008, en los que identificaba a Cambray como de alto riesgo. Uno de los informes siguió al devastador huracán Mitch que azotó la región centroamericana en 1998 y el otro llegó con el Huracán Stan en 2005.
Una de las tragedias más recordadas es la ocurrida en la comunidad de Panabaj, en Sololá y a unos 190 kilómetros oeste de la capital guatemalteca. En la época de Stan un alud sepultó casas, escuelas, centros de salud y mató a casi toda la población del lugar.
Tras semanas de intentos por recuperar los cadáveres de cientos de pobladores desaparecidos, las autoridades optaron por declarar el lugar como un cementerio.
David de León, vocero de la Conred, dijo que las recomendaciones de que la gente no podía vivir en Cambray se hicieron desde 2001, pero la población que iba a vivir en el lugar siguió en aumento.
Maldonado, el director de Conred, dijo que le había advertido a la Municipalidad y a su entonces alcalde Tono Coro el pasado diciembre que el río estaba socavando la base del cerro y que los residentes debían ser reubicados.
Coro, quién fue alcalde por 15 años, anunció su retiro en enero pasado para competir por la alcaldía de Guatemala, elección que perdió ampliamente.
Coro no estuvo disponible para comentarios, pero ofreció sus condolencias y apoyo a las víctimas a través de su página de Facebook.
Jeff Coe, experto del Servicio Geológico de Estados Unidos, dijo que no ha estudiado este deslave en particular, pero tras revisar mapas en el sitio Google Earth se observan deslizamientos previos en el mismo lugar, lo que es común antes de grandes catástrofes. Agregó que la combinación de lluvia y el río pudieron desencadenar el deslizamiento.
“La lluvia crea presión positiva del poro y la flotabilidad (en la colina) y el río se encuentra justo al pie del viejo deslizamiento de tierra”, dijo el geólogo. “Si el río había crecido recientemente pudo haber socavado la base, quitándole el soporte de todo lo que estuviera en la cima”.
Y mientras las investigaciones comienzan, el martes las autoridades hablan ya de subsidios para los damnificados.
En el área del deslave, los rescatistas continúan intentando rescatar los restos de los pobladores de Cambray II.
A más de 300 de kilómetros de distancia hacia el oeste del país, en el municipio de San Pedro Necta, el cuerpo de Bomberos Voluntarios reportó el martes un deslizamiento de tierra que dejó sin vivienda a varias personas, pero ningún fallecido.