Los dirigentes del Frente Autónomo en Defensa del Empleo, el Salario y el Sindicato (Fadess), como la Unión de Trabajadores (Unete) coincidieron en afirmar que el mismo no cubre las necesidades básicas de los trabajadores y que por lo tanto es injusto.
Este pírrico aumento de 30 por ciento no compensa en manera alguna la pérdida de poder adquisitivo frente a la elevada inflación que en 2013 terminó en 56 por ciento y cuyas proyecciones para este año son peores, dijo a Notimex Froilán Barrios, portavoz de Fadess.
El salario mínimo en el país sudamericano estaba ubicado en 3,270 bolívares y con este aumento de 30 por ciento pasó a poco más de cuatro bolívares, según informó al país el presidente en cadena de radio y televisión.
Barrios dijo que solo con tomar en cuenta el alza de precios del último año cualquier ajuste salarial debería superar el cien por ciento, para que se cumpla el artículo 91 de la Constitución de que todo trabajador tiene derecho a un salario suficiente que le permita vivir con dignidad.
Destacó que para este año los especialistas proyectan una inflación entre 76 y 80 por ciento, con una caída de 14.2 por ciento del sueldo mínimo y de 16.4 por ciento del salario promedio.
Servando Carbone, coordinador de Unete, advirtió al gobierno que para evitar futuros conflictos laborales debería abandonar la práctica de solo aumentar el sueldo mínimo y plantearse la necesidad de un aumento general de salarios no menor a 700 por ciento.
Ello no sería descabellado ya que desde el mismo momento en que el presidente Nicolás Maduro asumió el poder la moneda se ha devaluado de forma exponencial y eso evidentemente impacta el poder adquisitivo del trabajador, quien ha visto disminuir su calidad de vida, afirmó.
Finalmente recalcó que 13 millones de trabajadores venezolanos quedaron defraudados con este pírrico aumento decretado por el gobierno y el cual no tomó como referencia el costo de la canasta básica como lo exige la Constitución del país.