Susana Calderón, una de los turistas mexicanos que fueron atacados en Egipto concedió una entrevista al periódico El Universal para relatar lo sucedido; su esposo, Luis Barajas Fernández, es uno de los ocho muertos.
Susana Calderón no se explica lo ocurrido. Para ella no había nada fuera de lo normal. Asegura que las autoridades egipcias pararon el convoy dos veces y que los guías enseñaron unos papeles. Les dejaron continuar.
“Estoy en un desconcierto total, no sé por qué. No sé, yo no termino de entender. Porque se vio la saña con la que iban y venían, fueron como cinco veces. Fuimos bombardeados como cinco veces, siempre desde el aire. Todo duró unas tres horas.
Tras el primero estábamos ya todos muy mal. Murió uno de los choferes, el hijo de la maestra que organizó el viaje, el policía que iba acompañándonos también murió. Y ya los demás estábamos muy mal heridos y perdidos porque los otros choferes no hablaban inglés.
“Yo estaba con mi marido al lado de otro coche, poniéndome protector solar. Fue entonces cuando sin saber por qué, una lluvia de artillería empezó a caer. No sé si eran cohetes o bombas o qué era, pero había ráfagas.
Susana dice que tras el primer bombardeo los conductores egipcios llamaron a alguien pero no sabe a quién y piensa que gracias a ellos llegaron las ambulancias tiempo después.