Nueve personas originarias de Huehuetlán El Grande, Puebla, fueron asesinadas por un comando: cuatro de ellas en sus casas y otras cinco fueron víctimas de un levantón y sus cuerpos calcinados fueron encontrados en un paraje de la zona rural.
Algunas personas aseguran que el comandante de la Policía Municipal, fue linchado tras ser culpado de no salir en defensa de los pobladores; sin embargo, hay otra versión que apunta a que el servidor público trato de impedir los crímenes y murió a manos de los delincuentes.
Versiones extraoficiales señalan que más de 15 personas armadas llegaron a las casas de algunos comerciantes, quienes se habrían negado a pagar el derecho de piso.
Merced Torres Ramos, comerciante de materiales para la construcción, fue asesinado en el interior de su casa, frente a sus cuatro hijas y esposa.
Elementos del Ejército Mexicano y de la Policía Estatal llegaron a Huehuetlán El Grande para recuperar el orden público, toda vez que los pobladores amenazaban con hacer justicia por propia mano.
A una hora de este lugar, entre los municipios de Cuautinchan y Puebla, en un paraje de Santo Tomás Chautla, fueron encontrados los cuerpos de las cinco personas levantadas, apilados y quemados.
Cerca del sitio del hallazgo estaba un rifle deportivo y una botella de refresco, por lo que se indaga para establecer las causas de muerte.