Un proyecto comunitario en la ciudad mexicana de Pachuca está llevando el arte a las casas de la gente, en un sentido literal: El colectivo Germen ha dedicado más de un año a transformar el barrio de Las Palmitas, en un gigantesco y colorido mural para tratar de cambiar la imagen de este arrabal obrero.
Con la colaboración de los habitantes, estos muralistas han pintado las fachadas de 200 casas de lavanda, verde limón y naranja incandescente, colores más propios de juguetes que de las casas grises en donde por lo regular viven muchos mexicanos con escasos recursos.
Desde lejos, las fachadas se combinan en un diseño coherente arremolinado y colorido, aunque abstracto. Franjas brillantes que empiezan en una pared cruzan varias casas hasta culminar en elegantes florituras. Este proyecto tiene como principal concepto el nombre con el que también es conocida la ciudad: “la bella airosa”.
El director del proyecto, Enrique Gómez, dijo que el objetivo es integrar a la comunidad y cambiar la imagen negativa del barrio : “Jamás creí que fuéramos a tener un impacto tan grande. Lo que me asombra más es que la gente realmente está transformándose, está creciendo, está habiendo aún más esta convivencia comunitaria, los vecinos están tomando más cartas en el asunto de la seguridad de su propio barrio”, afirmó Gómez.
Sin duda alguna estos proyectos deberían de ser una constante en las diversas zonas en conflicto que existen en el país.