Son algunos de los seis murales pintados en Nueva York y Jersey City, Nueva Jersey, para llamar la atención sobre la campaña del periodista Maziar Bahari sobre libertad de prensa y acceso a la educación en Irán, donde pasó 118 días en prisión tras una aparición en “The Daily Show with Jon Stewart”.
Bahari, cuya historia quedó inmortalizada en la película de Stewart “Rosewater”, espera que las obras llamen la atención de los diplomáticos que acuden a la Asamblea General de Naciones Unidas y abran un debate sobre los derechos humanos. El reportero ha fundado un grupo benéfico, Not A Crime, para centrarse en el periodismo y en la educación de la minoría religiosa más grande de Irán, los baha’i, un grupo que cree sólo en un Dios y hace hincapié en la igualdad entre personas y en atesorar la diversidad.
“Queremos crear un discurso en la ciudad para cuando los líderes mundiales, los diferentes delegados vengan a Nueva York en septiembre, al menos algunos de ellos hablen sobre la situación de los baha’i en Irán, algunos de los ellos hablen sobre los periodistas en Irán”, dijo Bahari.
Bahari trabajaba para la revista Newsweek en junio de 2009 cuando la Guardia Revolucionaria iraní se lo llevó de casa de su madre en Teherán acusado de espionaje debido a un video en el que salía bromeando con un corresponsal del “Daily Show” sobre ser un espía. Durante cuatro meses en la prisión Evin de Teherán fue golpeado, confinado en solitario y sufrió tortura psicológica, dijo.
Fue liberado tras cuatro meses y abandonó el país. Después fue condenado en ausencia a más de 13 años de prisión por cargos de difundir propaganda contra Irán, reunir documentos clasificados e insultar al líder supremo.
Irán tiene más de 30 periodistas encarcelados, sólo superada por China, según el Comité para Proteger a los Periodistas. Los casos como los de Bahari y Jason Rezaian un reportero del Washington Post preso en Evin desde hace más de un año por cargos de espionaje han llamado la atención sobre el problema.
El mural de Brooklyn es un retrato de Atena Farghadani, activistas y artista que cumple una pena de 12 años en Irán por crear una caricatura que criticaba los límites de acceso de las mujeres al control de natalidad. El mural, creado por la artista Faith47, la muestra sin boca.
Ron English está pintando una gran advertencia de aspecto oficial que sugiere que las fotografías están prohibidas.
El arte callejero es un vehículo perfecto para estos mensajes políticos, señaló, ya que “todo el mundo lo experimenta”.
La artista argentina Marina Zumi, que creó el mural de Harlem, dijo esperar que la obra de pie a conversaciones sobre la justicia social.
Parris Douglas, que pasaba por el lugar, se sintió atraído por la gacela que pintaba Zumi.
“Creo que esto es liberador”, dijo tras preguntar a la artista qué había dado pie al mural. “Es el hecho de que podamos expresar cómo nos sentimos sin que nadie nos diga lo que podemos y no podemos hacer”.
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Los periodistas de Associated Press Michael Balsamo y Colleen Long contribuyeron a este despacho.