El continente que alberga a las potencias Argentina y Brasil, así como algunos de los mejores jugadores del planeta, enfrenta una batalla cuesta arriba para recuperar su credibilidad y estabilidad, luego de hundirse en el peor escándalo en la historia del fútbol mundial.
El presidente de la Conmebol, el paraguayo Juan Ángel Napout, fue detenido el jueves en una redada de madrugada en un hotel de lujo en Suiza, como parte de un caso del Departamento de Justicia de Estados Unidos sobre sobornos que se ha ido expandiendo y que involucra a la FIFA.
Napout, quien también es vicepresidente de la FIFA, se opone a su extradición a Estados Unidos. Es una de 16 personas acusadas de cargos de corrupción durante una pesquisa de los fiscales estadounidenses.
Entre los otros funcionarios sudamericanos acusados están Ricardo Teixeira, ex titular de la federación brasileña y ex yerno de Joao Havelange quien fue presidente de la FIFA de 1974 a 1998; Marco Polo del Nero, presidente de la federación brasileña de fútbol; el recientemente dimitido secretario general de Conmebol, José Luis Meiszner; Manuel Burga, ex presidente de la federación peruana; y Luis Chiriboga, presidente de la federación ecuatoriana y miembro del comité ejecutivo de Conmebol.
También fue acusado Carlos Chávez, ex tesorero de Conmebol y presidente de la federación boliviana de fútbol. Chávez fue encarcelado en julio por cargos derivados de una investigación aparte de desviación de fondos de un partido de fútbol para obras benéficas.
Por ahora, la mayoría de los principales funcionarios del pasado y presente de la Conmebol están involucrados en el escándalo. Mientras algunos han sido arrestados, otros han renunciado abruptamente a las federaciones nacionales que conforman el organismo regional y están colaborando con las autoridades estadounidenses a cambio de una sentencia reducida.
La ausencia de liderazgo ha dejado al tercer vicepresidente de la Conmebol, Wilmar Valdez, como el próximo en línea para convertirse en su presidente en funciones.
“Es una situación bastante urgente y complicada”, dijo Valdez a The Associated Press.
“Hay que tener mucha tranquilidad, dejar que pasen las horas, los días, y vamos a resolver los temas”, añadió el también presidente de la Asociación Uruguaya de Fútbol.
Valdez afirmó que viajará en los próximos días a la sede de la Conmebol en Asunción, Paraguay, y discutirá su futuro con los pocos funcionarios restantes. No se sabe si será capaz de reunir el apoyo suficiente de quienes quedan en el organismo futbolístico para confrontar su crisis, hacer los pagos de los contratos previamente acordados y mantener a los patrocinadores cruciales para los próximos torneos.
Durante la Copa América de este año, la Conmebol indicó que se vería obligada a utilizar un fondo de reserva para pagar premios y otros gastos porque la empresa que utilizaba para gestionar los derechos del torneo tenía sus cuentas congeladas como parte de la investigación estadounidense por corrupción.
En mayo, los expresidentes de la Conmebol, Nicolás Leoz y Eugenio Figueredo, fueron acusados en Estados Unidos. Ambos estaban entre los 14 dirigentes del fútbol y empresarios buscados por cargos de soborno, extorsión y lavado de dinero. Figueredo está detenido en Suiza y Leoz en Paraguay, y ambos luchan contra las solicitudes de extradición de Estados Unidos.
La dos confederaciones de fútbol de América “están en serios aprietos ya que no hay líderes viables, y la mayoría de los dirigentes que trabajan en las organizaciones están vinculados de alguna manera con los arrestados, así que quizás no haya nadie limpio”, señaló Christopher Gaffney, un académico de la Universidad de Zúrich que estudia el fútbol y otros eventos deportivos
El mes pasado, Sergio Jadue, presidente de la federación chilena, renunció y viajó a Estados Unidos después de negarse a responder las preguntas de la federación sobre su posible vínculo con el escándalo de la FIFA.
Jadue declaró su inocencia justo después que estalló el escándalo de la FIFA en mayo aun cuando no se le presentaron cargos formalmente durante las primeras acusaciones de la investigación estadounidense. Sin identificarlos por nombre, las acusaciones afirmaron que la mayoría de los presidentes de las 10 federaciones sudamericanas recibirían 1,5 millones de dólares en sobornos de la empresa de comercialización Datisa, a cambio del control de la Copa América.
La salida de Jadue en noviembre llegó días después de la renuncia del titular de la federación colombiana, Luis Bedoya.
La fiscalía estadounidense confirmó el jueves que Jadue y Bedoya, quienes han sido vicepresidentes de la Conmebol, se declararon culpables de conspiración para cometer extorsión y conspiración para cometer fraude electrónico. Como parte de su declaración de culpabilidad, Jaude acordó devolver todos los fondos depositados en su cuenta en Estados Unidos, mientras que Bedoya aceptó hacer lo mismo con su cuenta bancaria en Suiza.
La federación chilena de fútbol fue allanada el jueves por el equivalente local del FBI. La policía informó que Jaude está siendo investigado por presunto lavado de dinero y la federación chilena es investigada por supuestamente canalizar su dinero para contratar abogados en Estados Unidos.
“Espero que la Conmebol continúe haciendo negocios como siempre lo ha hecho hasta que patrocinadores, aficionados, federaciones y clubes decidan que ya ha sido suficiente y formen una nueva confederación”, afirmó Gaffney.
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Los periodistas de The Associated Press Paola Flores en La Paz, Bolivia; Eva Vergara en Santiago, Chile; Leonardo Haberkorn en Montevideo, Uruguay; y Pedro Servín en Asunción, Paraguay, contribuyeron a este despacho.
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Luis Andrés Henao en Twitter: https://mobile.twitter.com/LuisAndresHenao