Luego de una investigación que se extendió durante cinco meses y medio, las autoridades lograron que tres paracaidistas, y un cómplice que los esperaba en la calle para vigilar que la aventura saliera como lo habían planeado, se entregaran de manera voluntaria.
Los saltos, ejecutados poco después de las tres de la mañana del 30 de septiembre pasado, fueron grabados por cámaras sujetas a los cascos de los paracaidistas y son accesibles a través de un video de internet (http://youtu.be/nz7sxt9xeJE).
Las autoridades se enteraron del incidente luego que un guardia de seguridad de un edificio aledaño notara a uno de los hombres empacando su paracaídas tras el salto. Los acusados fueron ya liberados tras pagar una fianza de tres mil 500 dólares cada uno.
Los acusados Marko Markovich, de 27 años de edad; Andrew Rossig, de 33; Kyle Hartwell, de 29, y James Brady, de 32 tuvieron que burlar la seguridad del edificio construido para reemplazar a las Torres gemelas, derribadas por los ataques terroristas del 2001.
William Bratton, comisionado de la policía de Nueva York, indicó este martes que los individuos eran esencialmente buscadores de emociones, y que fue el video que pusieron a disposición en internet la pieza básica para comenzar su localización.
De acuerdo con medios de información, funcionarios del gobierno han señalado que los sujetos lograron subir hasta la parte más alta del edificio gracias a que uno de ellos, Brady, contaba con un pase de seguridad debido a que había trabajado en su construcción.
Su abogado, sin embargo, ha negado la acusación, y sostuvo que arribar al pináculo del edificio representó uno de los más sencillos preparativos que su cliente ha debido hacer para realizar un salto.
Los arraigos relacionados al salto sucedieron apenas unos días después de que un adolescente de 16 años de edad, Justin Casquejo, lograra igualmente evadir la seguridad y subir hasta el techo del World Trade Center uno.