Arco de la Independencia, símbolo de pujanza industrial en Nuevo León

Por Gerardo Ruiz Rodríguez. Corresponsal

Monterrey, 16 Sep (Notimex).- Hace 105 años, con motivo del primer centenario de la Independencia, fue inaugurado el Arco de la Independencia, obra arquitectónica para posicionar a esta ciudad como el centro de pujanza industrial.

Fue el gobernador de esa época, el general Bernardo Reyes, el precursor de la obra, que fue ubicada en el cruce de las avenidas Madero y Pino Suárez, en el barrio “El Nacional”.

Para conmemorar los primeros cien años independentistas, la Sultana del Norte no se quedó atrás en las celebraciones organizadas por el gobierno de don Porfirio Díaz, a lo largo y ancho del territorio nacional.

Con una altura de 25 metros, la estructura de dicho monumento histórico se exhibe como un arco simple, elaborado con piedra de cantera rosa, traída del estado de San Luis Potosí, misma que al envejecer ha cambiado a un color café oscuro.

El gran proyecto fue diseñado por el arquitecto ingles Alfredo Giles, en tanto que el responsable de la edificación fue el arquitecto Pedro Cabral.

Los cimientos de la gigantesca obra fueron reforzados con una muy robusta estructura de acero, material fabricado por las manos de trabajadores de la extinta Fundidora de Fierro y Acero de Monterrey.

En los sostenes laterales, el monumento ostenta dos águilas de bronce aludiendo al escudo nacional y sobre éstas se encuentra el emblemático arco, representando la glorificación, que sostiene a la misteriosa musa.

Muestra además unas placas de mármol que rezan: “A los que en cien años han venido defendiendo y elevando la nacionalidad mexicana”, con lo que se honra a los antiguos caudillos que nos dieron Patria “.

La musa que habita en la cima porta una corona de olivo en la frente y sostiene en lo alto una esfera negra anexa a una cadena rota con la inscripción “México”, en letras visiblemente grandes.

Con su mano derecha, la musa que representa “La Victoria” sostiene una corona con la otra parte de la cadena, como significado de la ruptura de México con la monarquía española.

Desde hace casi dos décadas, la figura proveniente de Estados Unidos ha perdido su radiante color cobre entre la suciedad y deterioro, causado por el paso del tiempo, la humedad y contaminación del ambiente.

La historia refiere que su ubicación es simbólica, pues permite que por su cruce pasen los caminos que conducen a la ciudad de México (sur), hacia Nuevo Laredo (norte) y a Reynosa (noreste).

Durante este mes, las autoridades realizan una limpieza anual a este bello monumento y lo adornan con imágenes, listones, banderas, papeles y brillantes luces en verde blanco y rojo, aludiendo a las festividades del mes patrio.

Recientemente, el titular del Centro de Documentación y Archivo Histórico de la UANL, Edmundo Derbez, comentó que el Arco de la Independencia recibió el apoyo artístico del empresario estadunidense William H. Mullins.

Manifestó que el general Bernardo Reyes impulsó una tradición escultórica monumental y heroica para el estado, y solicitó ayuda del hombre de negocios estadunidense para comenzar a embellecer esta capital industrial.

Muy metido en todos los detalles, Reyes pidió para el Arco de la Independencia la instalación de la “Victoria” o “mona”, como se le conoce popularmente a la musa, junto con las águilas representativas del escudo nacional, añadió.

“Reyes puso en manos de arquitectos y escultores la tarea de construir y hermosear la que prefiguraba como una nueva ciudad, levantando edificios públicos y monumentos de gran relevancia”, expresó.

El especialista de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL) destacó que “Monterrey no cargaba con una tradición gloriosa de belleza y el afán de levantar monumentos públicos y estatuas a sus héroes no tenía precedentes”.

Derbez comentó que “la fiebre patriótica surgió por la necesidad de afianzar a los mexicanos en un nacionalismo y, en ese sentido, el arte escultórico fue uno de los más elocuentes portavoces” en Monterrey.

NTXGRR/LBR/VGT/PATRIA15

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