Los líderes republicanos de la Cámara programaron someter el proyecto al pleno de la cámara baja la próxima semana, en momentos que tratan de demostrar que pueden fijar su propia agenda en inmigración, no sólo oponerse a la del presidente Barack Obama.
“Por Dios, si no podemos unirnos sobre la seguridad de la frontera, ¿sobre qué podemos hacerlo?”, dijo el representante Michael McCaul, de Texas, presidente de la Comisión de Seguridad Nacional de la cámara baja.
Pero no estaba claro si los republicanos de la Cámara apoyarían el proyecto de ley de McCaul, que se aprobó en su comisión a última hora del miércoles con 18 votos a favor y 12 en contra. Los conservadores han frustrado intentos anteriores de líderes republicanos de hacer frente al tema de la inmigración, citando preocupaciones de que el proyecto de ley hace demasiado poco por controlar la inmigración ilegal.
Varios otros expresaron preocupación de que los líderes estaban tratando de buscar apoyo para el proyecto de ley de seguridad fronteriza en vez de presentar un frente fuerte contra las recientes medidas ejecutivas de Obama de proteger de la deportaciones a millones de inmigrantes no autorizados.
El proyecto de ley de la seguridad fronteriza “es una farsa, un esfuerzo por convencer al pueblo de que estamos haciendo algo sustancial para asegurar la frontera cuando en realidad no se hace nada sustancial”, dijo el representante Mo Brooks, republicano por Alabama.
La iniciativa contempla el control operativo de las zonas de alto tráfico de la frontera en dos años y el control total en cinco. El proyecto de ley define control operativo como detener o devolver a todos los que intenten entrar sin autorización, algo que según los demócratas no es realista. Algunos proyectos de ley anteriores sobre inmigración y fronteras, entre ellos uno de esta misma comisión que logró avanzar en la legislatura pasada, han contemplado impedir el 90% de los intentos de entrada no autorizada.
La iniciativa fronteriza anterior de McCaul consiguió el apoyo unánime de los demócratas al dejar en manos del gobierno que formulara una estrategia para asegurar la frontera. Esta vez no contó con los demócratas para redactar un proyecto de ley más duro y para ganar más apoyo republicano.
Esto ocurre en momentos que varios republicanos de base se muestran deseosos de hacer avanzar proyectos de ley propios en materia de inmigración y esperan que una iniciativa fronteriza sea solo un primer paso. La reforma integral de las leyes de inmigración se empantanó en Cámara la legislatura pasada y Obama citó esa falta de acción para tomar medidas unilaterales en noviembre y proteger de la deportación a unos 4 millones de personas que viven en el país sin autorización.
Los republicanos de la Cámara incluyeron la semana pasada en una ley de gastos del Departamento deSeguridad Nacional cláusulas para bloquear las medidas de Obama, pero la medida enfrenta una derrota casi cierta en el Senado, lo que dejaría a los republicanos en busca de otra forma de detener al presidente.