Aprovechan programa de alfabetización en español en EEUU

LOS ANGELES (AP) — Como la mayoría de los indígenas oaxaqueños, de niño Jaime Luna Esteva habló casi exclusivamente su idioma ancestral, el zapoteco, y cuando llegó a Estados Unidos hace cuatro años no hablaba inglés y sus conocimientos de español eran limitados, lo mismo que sus posibilidades de salir adelante en un nuevo país.

El joven mexicano de 28 años, oriundo de Asunción Lacixila y quien está en el país sin permiso de residencia, pronto se dio cuenta de que le sería mucho más fácil aprender inglés si primero dominaba el español, por lo que se inscribió en un curso de alfabetización del gobierno mexicano, con el que hizo la primaria y la primera parte de la secundaria.

“Cuando estudias, se te abren puertas. A mí la educación me abrió puertas. Hace tres años no tenía negocio, ahora tengo un negocio de venta de celulares”, dijo Luna. “Mi meta ahora es agarrar una carrera. No importa la edad que tenga, lo voy a conseguir”.

Luna no está solo. Es uno de miles inmigrantes que han sido ayudados por los cursos que dicta el Instituto Nacional para la Educación de Adultos, programa gratuito del gobierno mexicano creado en 1981 para combatir el analfabetismo y promover la educación a través de cursos de alfabetización, primaria y secundaria. El objetivo es aprender español primero para después seguir con el inglés.

“Ahora me siento bien. Puedo recibir y dar información. Tengo ganas de seguir adelante y triunfar”, expresó Luna, quien estudia en el Centro de Recursos Centroamericanos, ubicado cerca del centro de Los Ángeles, donde también da tutoría de manera voluntaria a estudiantes del programa.

Aprender español e inglés tienen un enorme impacto sicológico en la persona, ya que un analfabeto vive avergonzado por ser iletrado y esconde su ignorancia, de acuerdo con Gaspar Rivera-Salgado, sociólogo y director de proyectos del Centro para la Educación e Investigación sobre Trabajo, de la Universidad de California en Los Ángeles.

Esa vergüenza impide que busquen ayuda y que progresen en sociedades donde leer es necesario para realizar tareas esenciales, como revisar contratos y distinguir señales de tránsito, indicó el experto.

“Una vez que saben leer y escribir, salen al público y se siente mejor en situaciones sociales y no tiene que esconderse. Esto les ayuda a valorarse a sí mismos y ya no tienen que cargar ese estigma de ser ignorantes”, dijo Rivera-Salgado.

Dominar el castellano, por otro lado, es esencial para aprender inglés, según Adriana Argaiz Parra, encargada de asuntos comunitarios en el consulado de México en Los Ángeles.

“Saber español es primordial”, afirmó. “Una persona se va a sentir más cómoda aprendiendo español primero y luego inglés que tratando de aprender inglés cuando no maneja el español”.

El curriculum de estos programas está adaptado para adultos, teniendo en cuenta las habilidades y conocimiento empírico que ya tienen, de acuerdo con Argaiz Parra. El programa primero evalúa al estudiante y tras analizar el bagaje que tiene, le asigna el grado correspondiente. También es flexible, de tal manera que el estudiante pueda ir a su ritmo. Esto permite que un estudiante pueda terminar los cursos rápidamente si así se lo propone.

El curso de alfabetización es para quienes necesitan lo más básico, como aprender el abecedario. Primaria comprende los grados del primero al sexto y secundaria del séptimo al noveno. Desde el 2002 se ofrece a través de consulados mexicanos en centros comunitarios y otros lugares de Estados Unidos.

Actualmente, el programa funciona en 352 centros situados en 38 estados, de acuerdo con la Secretaría de Educación Pública de México.

Una vez que el alumno termina un programa, debe de aprobar un examen para recibir un certificado de parte de la Secretaría de Educación Pública de México.

Del 2010 al 2014, el Instituto, conocido por sus siglas INEA, ha emitido entre 4.500 y 5.600 certificados de los tres niveles (alfabetización, primaria y secundaria) en Estados Unidos, de acuerdo con cifras del gobierno mexicano. La mayor cantidad de certificados han sido de alfabetización. En lo que va de este año, se habían emitido 2.905 certificados hasta el 15 de agosto.

Con este documento, el inmigrante puede seguir estudiando los últimos tres grados de la secundaria, que no son ofrecidos por INEA sino a través de un programa en línea de la Universidad de Guadalajara. Quienes terminan el duodécimo grado, pueden recibir un diploma equivalente al de la secundaria en Estados Unidos. Este diploma luego puede ser revalidado.

El programa funciona mayormente con voluntarios y hasta hace unos años era solo para mexicanos, pero ahora está abierto para todo hispanohablante.

“Cuando uno no sabe español, se siente raro. Es como no saber inglés. Uno dice, ¿qué están diciendo? Se siente feo”, dijo Luna, quien está cursando el grado 11.

La mayoría de los alumnos del programa son inmigrantes adultos que por una razón u otra no fueron a la escuela o no terminaron sus estudios básicos en sus países natales. Muchos de ellos tienen trabajos duros como jardinero, ama de llaves o lavaplatos y tienen que superar muchas adversidades para estudiar, de acuerdo con asesores.

Irma Rodríguez Guevara, por ejemplo, recorre al menos dos veces por semana unas 15 cuadras en su silla de ruedas, para llegar a un centro comunitario a estudiar.

“No tener piernas no me impide estudiar. Para estudiar uno necesita esto”, dijo Rodríguez señalándose la cabeza.

La salvadoreña de 63 años perdió sus piernas cuando la atropellaron hace cuatro años pero eso no la ha detenido. En febrero comenzó a repasar la primaria y secundaria y terminó los cursos en septiembre. Ahora estudia computación en español y quiere ir a la universidad.

A principios de septiembre, Rodríguez, Luna y cerca de 50 inmigrantes adultos recibieron certificados tras terminar cursos de alfabetismo, primaria y secundaria en el Centro de Recursos Centroamericanos

“Irma es una inspiración para todos. Es muy disciplinada y organizada. Es un ejemplo a seguir”, dijo Olga González, coordinadora del centro de ayuda para inmigrantes.

La mayoría de los cursos son en línea, así que muchos inmigrantes pueden estudiar en sus casas y llegar a los centros de capacitación solo a tomar los exámenes.

“Aquí el reto es paciencia porque el adulto no es como el niño. Llegan tímidos. Les da pena decir que no saben leer ni escribir pero conforme les das seguridad y se sienten mejor, su vida comienza a cambiar”, puntualizó González.

E.J. Támara está en Twitter como https://www.twitter.com/EJTamara

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