LA HABANA (AP) Raisa Valdivia Hernández es una católica entregada que acude a misa con regularidad. Pero también es una santera, practicante de la fe Yoruba que los esclavos llevaron a Cuba hace siglos desde su África nativa.
En la isla hay mucha gente como Valdivia, que combinan aspectos de las creencias cristianas y afrocubanas para formar una fe sincrética conocida como santería.
Valdivia se sintió decepcionada hace poco cuando quiso utilizar la iglesia católica en Rincón, a las afueras de La Habana, para bautizar una muñeca en una ceremonia afrocubana. El sacerdote local la hizo salir, afirmando que la iglesia no era el lugar para un rito de esa clase. Pero le dijo que podía llevarse algo de agua bendita y celebrar el bautizo ella en su casa, porque “Dios está en todas partes”.
El sincretismo religioso cubano está a la vista en las semanas previas a la visita del papa Francisco el sábado 19 de septiembre, con procesiones que atraen multitudes en honor de dos populares vírgenes católicas en sus días feriados: la Virgen de Regla y la Virgen de la Caridad.
Aunque ambas versiones de la Virgen María están reconocidas por la Iglesia católica, también son veneradas por los seguidores de creencias afrocubanas, que las asocian con ciertas orishas o deidades. Nuestra señora de Regla está asociada con la diosa yoruba del mar, Yemaya y la Virgen de la Caridad con la deidad Ochún.
La espiritualidad se expresa de muchas formas en Cuba, donde diferentes credos y prácticas religiosas encuentran una amplia aceptación, incluso cuando se funden entre sí.
Además de católicos y seguidores de creencias afrocubanas, en la isla, que fue un estado ateo durante décadas, hay judíos, musulmanes, protestantes y budistas. El gobernante Partido Comunista comenzó a permitir en 1991 la adhesión al partido de personas religiosas, y en 1992 se enmendó la constitución para retirar la referencia al ateísmo.
Ahora, en los altares de las casas se encuentran elementos de diferentes credos, y por ejemplo la Virgen comparte espacio con un Buda de cerámica y un espíritu guerrero de la tradición afrocubana.
Los llaveros de plástico que se venden como recuerdo muestran imágenes católicas tradicionales como el ángel de la guarda, el Santo Niño de Atocha, san Lázaro y la Virgen de la Merced, así como de motivos revolucionarios como el héroe Ernesto “Che” Guevara y la bandera de Cuba con forma de corazón. En la parte trasera de un taxi triciclo, una pegatina anuncia la próxima visita del papa Francisco, junto a la imagen de una adolescente vestida de gala anunciando fiestas de quinceañera.
Valdivia comparte su fe afrocubana con otros, y hace poco sirvió como madrina a Marisa Gutiérrez Ramírez, de 51 años y que estudiará y seguirá una serie de rituales durante el próximo año para convertirse en sacerdotisa yoruba.
Ella dirigió los ritos de iniciación de Gutiérrez, que incluyeron una ceremonia de purificación en el río Almendares de La Habana y la investidura de ropas doradas y una corona sobre un trono simbólico.
Las ceremonias también incluyeron oraciones en una iglesia católica dedicadas a la Virgen de la Caridad.