Los Ángeles, 17 Ene (Notimex).- Estados Unidos continuará dividido, enojado y desconfiado bajo la próxima presidencia de Donald Trump, afirmó hoy el periódico Los Angeles Times.
Trump será el tercer presidente consecutivo que ha prometido unificar al país y es casi seguro que será el tercero en fracasar, luego de sus promesas durante la campaña electoral de unir esta nación, indicó el diario angelino en una de sus editoriales.
La presidencia, normalmente un trabajo para personas con pieles gruesas y un olfato para la adulación no sincera, promete solo aumentar el sentido de Trump de derecho al respeto y exacerbar su inevitable resentimiento cuando no lo recibe, consideró.
Así que continuaremos divididos, enojados y desconfiados, reiteró el rotativo tras señalar que la Presidencia del país se volvió inadecuada para la tarea de unificar el país, porque se ha convertido en el mayor premio y tótem en la guerra de la cultura, indicó.
Al igual que las guerras religiosas entre católicos y protestantes en Inglaterra, si un lado controla el trono, es visto como un insulto y una amenaza para el otro. Y quien tiene el trono es visto como una especie de protector personal del reino, citó como ejemplo.
Los partidos políticos han sido totalmente cómplices en el proceso, consideró Los Angeles Times.
Con el uso de medios de comunicación social y otras tecnologías, republicanos y demócratas conforman sus mensajes en torno al supuesto de que ellos, y solo ellos, poseen la legítima propiedad del auténtico yo soy el mejor de Estados Unidos.
Es por eso que cualquier partido que esté fuera del poder promete recuperar América (en referencia a la manera en que los ciudadanos llaman a Estados Unidos), como si de la otra parte fueran invasores extranjeros, anotó.
El demócrata Barack Obama fue elegido en 2008 para cumplir con la promesa de su discurso de la Convención Demócrata de 2004: desterrar el “cortar y cortar” a América en los estados rojos y los estados azules.
Los colores del mapa electoral pueden haber estado manchados y revueltos en los últimos ocho años, pero la polarización subyacente que Obama heredó de George W. Bush solo se intensificó.
Trump será el tercer presidente consecutivo que promete unir al país, y casi seguro que será el tercero consecutivo en fracasar, reiteró el rotativo.
La confrontación entre el presidente electo y el representante John Lewis demócrata por Georgia, protagonizada el pasado fin de semana, ofrece una visión de cómo las cosas malas van a llegar, anticipó.
Lewis ganó su estatus de ícono en el puente Edmundo Pettus en el llamado domingo sangriento en Selma, Alabama. Pero a lo largo de los años, ha cambiado parte de su capital moral por fichas partidistas, insinuando que solo el Partido Demócrata es dueño de la era de los derechos civiles y sus victorias.
Ello a pesar de que más republicanos del Congreso votaron por la Ley del Derecho Civil que los demócratas.
De hecho, los que pretendieron asesinar a Lewis en el Puente Edmundo Pettus estaban actuando a instancias de un gobernador demócrata y funcionarios locales demócratas.
En 2008, Lewis no vio nada malo en comparar al senador John McCain con el gobernador segregacionista de Alabama, George Wallace, y luego señaló que el senador McCain y la gobernadora Sarah Palin estaban sembrando las semillas del odio y la división”.
Lo hizo de nuevo en 2012, al insinuar que votar por Mitt Romney podría llevar a Estados Unidos a volver a los días de mangueras de incendios, perros policías e iglesias bombardeadas.
Esto no es idealismo, sino cinismo venenoso, y contribuyó a aumentar los sentimientos de resentimiento que eran tan esenciales para la victoria de Trump, mencionó el diario.
Ahora Lewis va aún más lejos, negándose a asistir a la toma de posesión de Trump, bajo que argumento de que el próximo mandatario no puede ser un presidente legítimo, debido a la intromisión de Rusia en las pasadas elecciones presidenciales de Estados Unidos.
Lewis puede tener razones para creer que Trump no ganó de manera justa, pero cuestionar la legitimidad del presidente electo es en realidad exactamente lo que los rusos querían desde el principio: socavar la fe occidental y estadunidense y la confianza en la democracia.
Por supuesto, Trump empeoró las cosas al atacar a Lewis, diciendo que el congresista debe finalmente enfocarse en las ciudades infestadas de crímenes en Estados Unidos, en lugar de quejarse falsamente sobre los resultados de la elección”, del 8 de noviembre de 2016.
El diario indicó que hay una cualidad casi literaria en las inseguridades de Trump; que radica en que él anhela el respeto más que cualquier otra cosa y todavía el respeto sigue lejano, en parte porque toma todo demasiado personalmente, indicó.