La canciller alemana Angela Merkel exhortó a los alemanes a luchar contra el odio y juró cero tolerancia hacia los ataques contra refugiados, incluso cuando más de cien manifestantes ultraderechistas la abuchearon en su visita a un centro de solicitantes de asilo.
Merkel viajó a Heidenau, un pequeño pueblo cerca de la frontera alemana con la República Checa, para expresar su apoyo a los refugiados tras disturbios neonazis en el lugar durante el fin de semana. Decenas de policías resultaron heridos cuando una turba de extrema derecha lanzó botellas y fuegos artificiales a los agentes en un intento de evitar que los migrantes se trasladasen al antiguo local comercial en el sur de Dresde.
“Es vergonzoso y repulsivo lo que experimentamos aquí”, dijo Merkel en relación a los disturbios del fin de semana. A doscientos metros (yardas) de distancia, manifestantes de la ultraderecha abucheaban y tocaban cláxones de autos. Algunos sostenían pancartas con denuncias al gobierno, mientras que otros gritaban “traidores” y “prensa mentirosa”.
Al dirigirse a la prensa dijo: “debemos utilizar nuestra fuerza y dejar claro que no toleraremos a aquellos que ponen en duda la dignidad de los otros. No habrá tolerancia hacia aquellos que no están preparados para ayudar en donde se necesita ayuda”, dijo exhortando a los alemanes a denunciar el sentimiento anti-extranjero en conversaciones con sus familias, amigos y grupos religiosos.