México, 18 Sep (Notimex).- Como parte del simposio “A 30 años del 85”, a celebrarse el 23 y 24 de septiembre en el Colegio de México, especialistas analizarán la situación actual de la construcción en el país en caso de suceder un terremoto devastador como el que impactó la Ciudad de México.
“Si ocurriera, tendríamos menos daño en las estructuras bien construidas y diseñadas, aseguró el investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Sergio Alcocer, quien impartirá la conferencia El sismo como fenómeno físico y su impacto en las estructuras”.
En un comunicado de la Academia Mexicana de las Ciencias (AMC), Alcocer dijo que derivado del terremoto de 1985 en la capital del país, que dejó miles de muertos, se actualizaron las normas de construcción.
El sismo de 1985 no produjo daños en estructuras bajas como casas, pero sí en los edificios, ya que hubo un empate entre la frecuencia del movimiento producido por el sismo y la frecuencia natural del suelo y la de los edificios.
Esta resonancia condujo a un desplazamiento mayor al que algunas estructuras podían superar, lo que llevó al colapso de diversas edificaciones, puntualizó.
Alcocer explicó que los daños en una estructura producto de un sismo son variables y dependen del tipo de material y de la estructura.
Precisó que los daños que más preocupan son los conocidos como cortante caracterizados por grietas inclinadas en los muros o en las columnas y que pueden conducir al colapso de las estructuras.
Por ello en las normas de construcción se busca que fallas de esta naturaleza no ocurran, aseguró.
Lo que buscamos es favorecer un comportamiento por flexión que permita el desplazamiento de la estructura sin que colapse, este es el caso de las grietas localizadas en la base de las columnas, los extremos de las vigas o en la base de los muros, lo anterior permite que la estructura se deforme y se adapte a los desplazamientos que requiere el temblor, sin que se produzca un colapso o daños graves, indicó.
Agregó que cuando la estructura, aunque haya sufrido daños por un sismo, sino no pierde geometría, verticalidad, ni el ángulo de noventa grados entre una losa y un muro o una columna, puede ser rehabilitada.
Para evaluar el daño esperado en una estructura ante un sismo se deben tomar en cuenta las características del temblor, así como el material del que está hecha la construcción y si esta es apta para resistir fuerzas sísmicas.
De esta manera, los investigadores llevan a cabo diversos experimentos con estructuras completas o en elementos de ellas, como las mesas vibradoras, que son simuladores de sismos.
A estas se les colocan componentes de una estructura, como pueden ser los muros o estructuras completas, pero de menor escala que la original.
Además, Alcocer comentó que este tipo de pruebas también sirven para desarrollar nuevos criterios de diseño y nuevos materiales.