Por Edelmiro Franco. Corresponsal
Bogotá, 2 Nov (Notimex).- Los altares para rendir tributo a los muertos se convirtieron en espacios que aprovechó la embajada de México en Colombia para reforzar durante dos días los lazos de cooperación cultural y comercial.
Cuatro altares fueron colocados en sitios estratégicos de la capital colombiana, por iniciativa del embajador Arnulfo Valdivia Machuca y sus colaboradores de las áreas de cultura, comunicaciones, ProMéxico, turismo y Fondo de Cultura Económica (FCE)
La iniciativa se desarrolló con alianzas estratégicas con el Museo Nacional, el centro comercial Gran Estación, la Cámara de Comercio Colombo-Mexicana, que se comprometieron a fondo para hacer del Día de Muertos una verdadera fiesta con carácter binacional.
El primer altar se montó con un caballito de tequila, y con lectura de la obra de Juan Nepomuceno Carlos Pérez Rulfo Vizcaíno, más conocido en el mundo de las letras como Juan Rulfo, en la sede del FCE en Bogotá.
El altar en homenaje al escritor, guionista y fotógrafo mexicano (1917-1986), en la librería del FCE en el Centro Cultural Gabriel García Márquez (CCGGM), sirvió para leer en voz alta al autor de Pedro Paramo y El llano en llamas, dos obras maestras para convocar nuevos aficionados a las letras universales.
El Consejo de Promoción Turística de México (CPTM), por su parte, hizo una alianza con el centro comercial Gran Estación, uno de los más modernos de la capital colombiana, para montar el altar en honor al Chavo del 8, que atrapó a adultos, jóvenes y niños durante todo el fin de semana.
El altar en homenaje al personaje creado por el fallecido cómico Roberto Gómez Bolaños fue toda una sensación para los niños que no perdieron la oportunidad para que el personal contratado por el CPTM pintara sus caritas felices.
Los niños querían imitar el rostro de las catrinas, del Chavo y de otros personajes del imaginario infantil, para participar de esta forma no solo en la fiesta del Día de Muertos, sino de su Halloween y que mejor que gozarlo con la sonrisa de El Chavo.
Las víctimas del terremoto de México (1985) y la avalancha que desapareció el pueblo de Armero en Colombia, que dejaron en noviembre de 1985 miles de víctimas, fueron recordadas en el altar de muertos ubicado en el Museo Nacional.
Los visitantes al Museo Nacional, durante este fin de semana, recordaron dos hechos trágicos en México y en Colombia, pero desde la perspectiva de la tradición mexicana, como son los altares de muertos.
El altar en el Museo Nacional se abrió con un espectáculo con piezas musicales de Colombia y México de la Compañía Nacional de Danza Folklórica Colombia Amiga y cerró el grupo Mariachi Moderno.
La Cámara de Comercio Colombo-Mexicana, con sus empresas afiliadas, montó varios altares en las zonas verdes en el colegio Gimnasio Moderno, en el norte de Bogotá, que se convirtió en un espacio de encuentros familiares y de amigos.
Colombianos y mexicanos disfrutaron -durante dos días- la cocina azteca en todas sus variedades, bebidas típicas, dulces, artesanía y música con un show sensacional de un imitador de Juan Gabriel, que robó los aplausos de los visitantes.
Somos colombianas, pero amamos México y esta fiesta de muertos, fue la frase de dos jóvenes que, con sus atuendos coloridos, no perdían detalle de las explicaciones que una mexicana daba sobre los componentes del altar, su origen y significado en la cultura de México.
En estos altares colectivos estaba Frida Kahlo, El Chavo, el Nobel Gabriel García Márquez, con su máquina de escribir, las velas, velones, papel picado y el infaltable pan de muerto.
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