El comisionado del gobierno mexicano para el estado del occidente del país, Alfredo Castillo, admitió que la semana pasada asistió a una reunión con miembros de las autodefensas en el poblado de Tepalcatepec, donde estuvo presente Juan José Farías, un hombre detenido en 2009 y señalado como un importante operador del crimen organizado pero que, según la Procuraduría General de la República, fue absuelto por falta de pruebas.
Castillo realizó una visita a Tepalcatepec y La Ruana, localidades michoacanas donde hace casi un año comenzaron a surgir grupos de civiles armados para luchar contra el cártel de Los Caballeros Templarios, según un funcionario de la oficina de Castillo, que habló en condición de anonimato por no estar autorizado a hablar con la prensa. En la visita, Castillo recibió el reporte de que un grupo de autodefensas se dirigían a una comunidad.
Castillo solicitó hablar con alguno de los líderes del grupo y entró a una bodega en la que había 15 o 20 personas, dijo en una entrevista con el diario El Universal.
Una persona que dice no conocer se le acercó, se presentó como Juan José Farías y le dijo que anteriormente había sido acusado de tráfico de drogas. Según Castillo, Farías dijo que fue absuelto de cargos relacionados con la delincuencia organizada, aunque condenado a tres años de prisión por tener un arma corta y un paquete de drogas. Lo que Farías pidió a Castillo fue que se le investigara de manera seria e imparcial.
Según la versión del comisionado, él nunca supo de quien se trataba. Tres días después de la reunión, el diario Reforma identificó al hombre como Farías, quien fue detenido en 2009 e identificado por el ejército y la fiscalía federal como “un importante lugarteniente de la organización criminal de Los Valencia“, uno de los cárteles presentes en Michoacán y enemigo de Los Caballeros Templarios.
Anteriormente, autoridades mexicanas ya habían vinculado a algunos miembros de autodefensas con el cártel Jalisco Nueva Generación, una organización rival de Los Caballeros Templarios.
La reunión de Castillo con las autodefensas tuvo lugar tres días antes de que estos grupos entraran el fin de semana en Apatzingán, localidad michoacana de 100.000 habitantes y considerado el bastión de los Templarios. Allí, según informó uno de sus líderes, Hipólito Mora, los civiles colaboraron con las fuerzas federales para detener a miembros del grupo delictivo.
A fines del mes pasado, el gobierno de México legalizó el creciente movimiento de autodefensas en Michoacán y dijo que los incorporaría a unidades militares llamadas Cuerpos de Defensa Rural. Las autodefensas dicen contar con unos 20.000 hombres armados. Según el gobierno mexicano, ya se han legalizado más de 500 y se han registrado más de 300 armas.