“Seguía con mi novia porque tenía miedo de que me matara”

Un hombre británico de 22 años, Alex Skeel, narró a la BBC los terribles momentos por los que pasó a lado de su novia.

Alex Skeel confesó que su novia de nombre Jordan, vertió agua hirviendo sobre él, lo arrinconó en la casa que rentaban y dejó caer el agua sobre él.

Alex comenzó a gritar desesperado que lo dejara meterse a la bañera para tomar una ducha con agua helada, a lo que ella accedió; sin embargo, mientras calmaba su dolor, ella fue a exigirle que saliera, pues volvería a verter agua hirviendo sobre él.

Así, si se quejaba nuevamente del dolor, ella lo dejaba volver a la bañera, pero nuevamente le pedía que saliera para volver a derramar agua sobre él.

Esos eran los juegos mentales a los que Jordan sometía a su pareja.

Esto comenzó cuando ellos llevaban 3 años de relación. Los maltratos comenzaron de manera psicológica de manera sutil. Con detalles como que no le gustaba como se peinaba o no le gustaba como se vestía.

Con el paso del tiempo, Jordan logró aislar a Alex de todos sus amigos, incluso de toda su familia. Le prohibió verlos, y usurpó su cuenta de Facebook, algo clásico en el abuso doméstico hoy en día.

Comenzó a prohibirle comer, lo que hizo que Alex perdiera mucho peso.

Alex afirmó que trató de luchar contra su comportamiento, pero ella siempre le daba la vuelta y hacía que se preguntara ¿Qué estoy haciendo mal?

Con todo, Alex tuvo dos hijos con Jordan, esperando en que eso arreglara las cosas.

Pero no fue así, de hecho Alex tuvo temor que si trataba de escapar, ella le haría algo a los niños.

Todos estos momentos fueron intermitentes, junto con otros de mucho felicidad, donde ambos eran felices.

El abuso mental, pasó a ser físico.

Alex comenzó a acostumbrarse al dolor, pues ella comenzó a acusarlo de intercambiar mensajes con otras mujeres. Cuando se quedaba dormido, Jordan golpeaba su cabeza con una botella de vidrio y le gritaba ¿En qué estás pensando?

Esto sucedió en tantas ocasiones que Alex afirmó que los golpes con la botella dejaron de dolerle, lo que llevó a Jordan a buscar otra forma de lastimarlo.

Llegaron los cuchillos. Las cortadas en ocasiones eran tan profundas que Alex pensaba que habían alcanzado alguna arteria en su muñeca.

Después llegó el agua hirviendo, con quemaduras hasta de 3er grado.

Cada vez que Alex se acostumbraba a alguna de sus torturas, ella buscaba algo nuevo.

La relación llegó al punto en que Alex temía que si la denunciaba ella lo mataría. En varias ocasiones vecinos llamaron a la policía al escuchar los gritos, sin embargo Alex les mentía, pues sabía que si decía la verdad, podría irle peor.

Ella tapaba los moretones y heridas de Alex con maquillaje. Llegó a perder más de 30 kilos debido a las torturas.

Los médicos le confirmaron que estuvo a 10 días de morir, debido a la falta de alimento en su cuerpo.

La pesadilla de Alex terminó cuando un policía llegó para dar una visita de seguimiento. Y lo encontró con muchas heridas y moretones, a punto de caer y no poder levantarse.

De no haber llegado esa visita inesperada, tal vez Alex no continuaría con vida.

En alguna ocasión Jordan le dijo:

Quiero arruinar tu vida.

El abuso psicológico en las parejas siempre comienza de una forma muy sutil, va aumentando hasta que la otra persona tiene todo el control y comienzan los golpes.

La Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH), que elabora el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), afirma que más de dos quintas partes de los hombres casados o unidos con mujeres de 15 años o más (10.8 millones) han ejercido algún tipo de violencia contra sus parejas a lo largo de su relación:

  • 40% de manera emocional
  • 25.3% económica
  • 11.6% física
  • 5.3% sexual.

La violencia de pareja no distingue edad o nivel socioeconómico de las personas.

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