El Gobierno federal de Alemania ha sacado este viernes una nueva reforma constitucional, la cual es tomada en cuenta como la mayor dentro de esta legislatura, por lo cual reorganiza el reparto financiero entre las regiones y el Estado alemán.
Este nuevo marco legal supone que el Estado asumirá mayor control financiero lo que pretende acabar con las protestas que se han llevado a cabo en los Estados más ricos, los cuales se encuentran cada vez más reacios para solidarizarse con los más pobres.
El Estado asumirá la mayor carga financiera y de esta manera tendrá un mayor poder en las decisiones políticas regionales.
Tras tres años de negociaciones, las dos cámaras se han decidido por el voto a favor de este proyecto que cuenta con el consenso de los dos grandes partidos políticos alemanes, los cuales son formados por la Coalición alemana y los Estados federados.
El Estado alemán estará transfiriendo a las regiones el total de 9.700 millones de euros a partir del 2020, este tiempo pactado pues es justo cuando acaba el sistema ideado tras la reunificación para tratar de igualar la riqueza entre las regiones y sobre todo del Este y Oeste de Alemania.
“Queremos que con este sistema todos los ciudadanos alemanes puedan vivir igual, independientemente de dónde vivan; que ninguna región se quede atrás”, dijo Thomas Oppermann, jefe del grupo parlamentario socialdemócrata durante su intervención en el debate del Bundestag (Parlamento) el jueves. El viernes, el texto ha superado la mayoría necesaria en el Bundesrat, la Cámara de representación de los Estados federados.
A pesar de tratarse de una negociación entre el Estado y las regiones, los discursos a lo largo de la misma no se han visto envueltos en tonos o argumentos nacionalistas.
En esta ocasión se trataba de buscar una fórmula de repartición financiera más eficiente y en la cual, cada Estado ha peleado por su parte correspondiente desde el pragmatismo.