De acuerdo con el diario Süddeutsche Zeitung, las negociaciones son secretas y las lleva a cabo la Oficina Federal de Información, nombre con que se designa al servicio secreto alemán, el principal órgano gubernamental encargado de las tareas de espionaje.
El objetivo de las negociaciones es prohibir el espionaje político y económico, así como poner fin a prácticas de espionaje masivo en Europa, ya que ese tipo de acuerdo no existe en el marco de la Unión Europea (UE).
Según el proyecto, en el futuro sólo se autorizarían las medidas de escucha dirigidas a determinados objetivos previamente aprobados por los países, tales como la lucha contra el terrorismo y la proliferación de armas nucleares. Los 28 países de la UE se comprometerían entonces a no pedir datos sobre sus conciudadanos a servicios secretos de otros países europeos.
De acuerdo con informaciones del el ex agente de inteligencia estadounidense, Edward Snowden, el servicio secreto británico GCHQ es sospechoso de haber espiado en forma masiva a los países de la UE.
Desde su embajada en Berlín habría espiado al Barrio del Gobierno, zona de la capital alemana que alberga la Cancillería Federal, el Bundestag (Parlamento), varios ministerios y embajadas. También Estados Unidos es sospechoso de haber espiado desde el techo de su sede diplomática, en la misma manzana de la embajada británica.
La prensa alemana difundió el martes que el acuerdo anti espionaje propuesto por Alemania está al borde del fracaso, lo que este jueves fue reiterado, pese a que las negociaciones siguen. En la mira de los partidos de oposición, los Verdes y La Izquierda, está la forma de proceder del gobierno alemán en esas negociaciones.
El legislador del partido La Izquierda y miembro del Comité parlamentario de Asuntos Exteriores, Stefan Liebich, declaró que quien deja que los servicios secretos de los dos países negocien entre sí, no se debe asombrar por su resultado.
Las negociaciones se llevan a cabo a nivel de los servicios secretos de los dos países y de sus Ministerios del Interior. Agregó que es tarea de los gobiernos que se desautorice legalmente la escucha mutua. Se sumó a la demanda del legislador del Partido Verde, Konstantin von Notz, quien se pronunció a favor de que no sólo Alemania negocie un acuerdo semejante con Estados Unidos, sino que a ello se sume toda la UE.
En el Parlamento, el Viceministro del Interior, Günter Krings, declaró que el gobierno alemán no se conformará con poco y no dará un paso atrás en su demanda a Estados Unidos de se apegue al derecho alemán, ya que éste no es negociable. Apuntó que ese derecho vale también para ciudadanos e instituciones de otros países que se encuentren en suelo alemán.
Por su parte, el político socialdemócrata Michael Hartmann declaró que si fracasa el acuerdo anti espionaje que busca Alemania, el país europeo se debe negar a entregar datos a Estados Unidos como los de pasajeros de los vuelos. Planteó la pregunta de por qué debería el país europeo seguir proporcionando las informaciones que le pide Estados Unidos cuando ese país se apropia de información en Alemania por medios ilegales.