Alemania Oriental y Occidental se reintegraron el 3 de octubre de 1990, coronando un proceso que comenzó menos de 11 meses atrás, cuando los líderes comunistas del este abrieron el Muro de Berlín ante la enorme cantidad de manifestaciones. Resolver las diferencias entre el este y el oeste ha sido un proceso mucho más lento, y a la fecha persisten algunas desigualdades.
Sin embargo, en general “las cosas resultaron bien, tantas personas colaboraron, mostraron brío, comenzaron a aprender nuevos oficios”, dijo la canciller Angela Merkel, quien creció en el este e ingresó a la política durante la caída del comunismo, durante un mensaje grabado previo al aniversario.
Joachim Gauck, presidente de Alemania desde 2012, también proviene del este y es ex pastor y defensor de la democracia.
En un discurso por las celebraciones en Fráncfort, Gauck comparó la reintegración de cientos de miles de refugiados que han llegado recientemente con la labor de la reunificación de las Alemanias del Este y el Oeste hace 25 años.
“Al igual que en 1990, nos espera el desafío que mantendrá ocupadas a las futuras generaciones”, señaló. “Pero al contrario de antes, lo que no pertenecía al conjunto, debe ahora crecer en conjunto”.
Gauck hizo referencia a la famosa expresión del excanciller alemán Willi Brandt quien en 1989, tras la caída del Muro de Berlín, dijo sobre la división de Alemania que “ahora lo que pertenece al conjunto, crecerá en conjunto”.
Desde la reunificación, se han canalizado al este entre 1,5 y 2 billones de euros (1,7 y 2,2 billones de dólares) para ayudar a estabilizar la región luego de que su obsoleta industria colapsara. Una constante migración del este al oeste después de 1990, parece que finalmente ha llegado a su fin, y por primera vez desde 2013, hay más gente que va rumbo al este.
Pese a que el desempleo sigue estando más elevado en el este que en el oeste con 8,7% (una cifra envidiable para muchas naciones europeas) en comparación al 5,6% la brecha se ha disminuido. La promesa del ex canciller Helmut Kohl de que vivirían en “paisajes florecientes” ya no es descabellada.
“Esto es cierto para muchas partes de la ex Alemania Oriental”, dijo el prominente historiador alemán, Heinrich August Winkler. “La hermosa campiña del distrito del lago Mecklenburg, la Costa Báltica, así como la limpieza de las áreas industriales contaminadas en Saxony y otras regiones, han pasado muchas cosas ahí”.
“La disparidad económica entre el este y el oeste es mucho menor a lo que solía ser”, agregó. “Pero no hay motivos para ser petulante. La ausencia de empresas productivas en el este de Alemania son reflejo de que se puede hacer mucho más”.
Fuera de esas preocupaciones, Alemania ha cimentado su posición como la principal economía europea, y en los últimos años ha mostrado una creciente ambición como una potencia política y diplomática.
Merkel ha sido una de las principales defensoras de las reformas y recorte de gastos que se les exigen a países como Grecia a cambio de ayuda económica en la crisis de deudas en Europa. En el frente diplomático, ella y su gobierno han tomado un papel protagónico en atacar la crisis sobre las acciones de Rusia en Ucrania, luego de años de percepción de que se alejaban de tomar un rol de liderazgo.
El año pasado, Gauck dijo que Alemania debería realizar una contribución más decisiva para evitar conflictos y “debe estar lista para hacer más para garantizar la seguridad de otros que la han proveído durante décadas”.
Este año, Alemania ha buscado tomar el liderazgo, sin gran éxito hasta ahora, para persuadir a Europa de aceptar refugiados de Siria y otras partes, y compartir la carga. El flujo de migrantes hacia Alemania, uno de los destinos principales, se incrementó el mes pasado luego de que Mekel decidiera permitir el acceso a migrantes que se habían acumulado en Hungría.
Merkel se apega a un mensaje de confianza de que Alemania hará frente mientras las autoridades batallan para mantener el registro y un conseguir vivienda a los recién llegados. Las autoridades esperan que al menos 800.000 migrantes lleguen este año, aunque no a todos se les permitirá quedarse.
Delante está la tarea de integrarlos a la sociedad y la vida laboral, y Merkel asegura que las memorias de la reunificación podrían ayudar.
“Las experiencias de la unificación de Alemania nos da la sensación y la confianza de que podemos lidiar exitosamente con objetivos frente a nosotros, sin importar qué tan grande sean”, dijo Merkel el jueves.
“Eso también va para la tarea hercúlea que nos ocupa en este momento y que nos demanda un esfuerzo nacional: las muchísimas personas que buscan refugio con nosotros en Europa y Alemania”.