Sólo en Denver se han reportado 17 robos en dispensarios o cultivos de marihuana desde el pasado 1 de enero, según cifras compiladas por el Departamento de Policía de Denver.
La legalización de la venta de marihuana recreativa en Colorado se inició el pasado 1 de enero, pero debido a que la droga sigue siendo ilegal a nivel federal, las tiendas no pueden utilizar los bancos, ni ningún otro instrumento de pago más que el dinero en efectivo, lo que las hace atractivas y vulnerables para los ladrones.
Mitch Morrisseytells, procurador del condado de Denver, dijo que los delincuentes están encontrando en las empresas de marihuana un objetivo lucrativo.
Si le pegas a un 7-Eleven obtendrás 20 dólares. Si le pegas a un dispensario obtendrás 300 mil dólares en un buen día, explicó el funcionario. Es sólo cuestión de tiempo antes de que alguien salga herido, advirtió.
Kristi Kelly, propietaria del dispensario de marihuana GoodMeds, en Denver, dijo a la cadena de televisión ABC haber sido golpeada en tres ocasiones por los ladrones que se están aprovechando de una industria que se está ahogando en efectivo.
Kelly ha convertido su establecimiento en una fortaleza virtual con casi una decena de cámaras de video en su tienda, para desalentar los robos. Tengo el control completo sobre quién entra y sale, dijo.
Kelly dijo que hace un esfuerzo por no mantener grandes cantidades de dinero en un solo lugar y ha contratado servicios particulares de seguridad para recoger y trasladar a un sitio seguro el efectivo generado por las ventas de su establecimiento.
Nuestros protocolos de seguridad cambian una vez por semana, dijo Kelly.
Así que si alguien de fuera viene a ver a nuestros patrones no tendríamos ningún patrón, porque cada semana los estamos cambiando, incluyendo las horas del día, los lugares y todo lo relacionado con la transferencia de nuestros valiosos activos se toma en consideración.