Por José Luis Simón
México, 14 Oct (Notimex).- Todavía no gana el Premio Nacional del Deporte Mérito Deportivo 2015 y Adriana Loftus está eufórica, por el sólo hecho de ser candidata por primera vez a esta distinción que le representa un reconocimiento a 50 años de vivir con pasión para el deporte.
Es una vida que he dedicado realmente al deporte, porque el otro día hacía cuentas que es el 80 por ciento de mi vida. Son 50 años que tengo metida en el deporte, afirmó.
Empezó a los siete años en gimnasia, a los 12 cambié a nado sincronizado, representé a México en un sin fin de eventos internacionales, de solista hasta mi retiro, expresó a Notimex.
Agregó que llevo más de 30 años como entrenadora. He vivido para el deporte, es mi pasión y es una clave de éxito para mí. Ella es nominada por la Federación Mexicana de Natación, que la propone al Premio Nacional del Deporte por equipo 2015 y por trayectoria.
La entrevista se centra en su longeva y fructífera trayectoria, y sin pizca de presunción, compartió que es muy merecida mi candidatura. Son más de 30 años de entrenadora de nado sincronizado. Se dice fácil, pero no es así, porque es un deporte de mujeres, un equipo de mujeres y una disciplina con calificaciones muy subjetivas.
Por eso resaltó que estar entre las ocho mejores del mundo durante un tiempo, no es fácil, es de mucha dedicación, trabajo y entregar y de mi vida dedicada al deporte y mi candidatura es muy motivante y de gran alegría recibir esta postulación para dos premios. Que se me reconozca me hace sentir muy contenta muy satisfecha.
Muy emotiva, refirió que más de 35 años se dice fácil, pero ha sido toda una vida de muchas satisfacciones, de logros y lágrimas y sinsabores y todo eso lo he superado por mi pasión que le tengo a mi disciplina y han sido más los positivos que los negativos momentos.
Analizó que en México son muy pocos los deportes de conjunto que han sobresalido, porque no es fácil trabajar con un grupo de personas y unirlas en una sola idea y objetivo por una nación, porque no es sencillo en el país, tenemos fallas culturales para sacar un deporte de conjunto adelante.
Luego se cuestionó el por qué ha aguantado tanto tiempo y su respuesta es su pasión y porque desde pequeña encontró su vocación y eso, está segura, le facilitan su labor y permanencia.
En estos muchos años ha sido guía de generaciones y generaciones de sirenas acuáticas y de pronto le salta otro cuestionamiento, de cómo le ha hecho para conseguir el éxito y concluye en que la virtud es ver más allá de la cuestión deportiva, no sólo llegar al podio, sino inculcar valores, respeto, solidaridad y entrega por el país.
Su formación académica le ayuda a tener las mejores relaciones, porque es licenciada en relaciones industriales y tiene un diplomado en recursos humanos.
Mi formación académica me ha permitido darle el valor al recurso humano, muchas veces los entrenadores pensamos que trabajamos con maquinitas, con robots y estamos tan metidos en un resultado al que debemos llegar y se nos olvida que estamos tratando con personas que tienen sentimientos y virtudes y merecen todas las atenciones, dijo.
Luego manifestó que me considero una entrenadora muy exigente, de mano dura, pero también sé hasta dónde. Se exigir muchísimo y sé cuándo es bueno aflojar.
Agregó que estoy muy contenta, después de 35 años de carrera como entrenadora es la primera vez que soy candidata al mérito deportiva. Estoy muy contenta por el reconocimiento, porque es un reconocimiento que me hace la Federación y me debo a las atletas, a todas que han pasado y que han sido grandes, maravillosas y con gran entrega y determinación.
De sus horas, días y años de entrenar en la alberca, sintetiza que puedo nombrar tres atletas que llevaré en el corazón hasta el día que me muera, las hermanas leal, Erika y Lilian, dueto en los Juegos Olímpicos en Sydney 2000, Nuria Diosdado, la actual estrella de la selección.
Además, Sonia Cárdenas, quien superó con disciplina todos los contras que tenía por su sobrepeso ante de ser seleccionada, pero de una grácil técnica.
Agregó que a la mejor sí estoy comprometida con otras, pero con ellas son las que más me he identificado y nos llevamos con una relación hermosa. Llevo relación con mis atletas desde hace 20 años. Recibí hace poco, el día del entrenador, una tarjeta de Erika, quien vive en Australia. Esos detalles son grandes satisfacciones.
Como deportista tiene bien fresco aquel Campeonato Centroamericano y del Caribe de Natación por edades México 1975, cuando Cuba arrasó en nado sincronizado en Juvenil A y entonces ella encabezó la participación en Juvenil B para ganar las tres medallas de oro.
Eso lo tengo a flor de piel y lo disfruto por haber subido al pódium y escuchar el himno de mi país. Eso no tiene comparación, refirió.
Como entrenadora, dijo, son muchísimos los momentos grandiosos vividos, pero me quedo con los de esta temporada en los Juegos Panamericanos de Toronto 2015, al ver las banderas de Canadá en primero, México en segundo y Estados Unidos en tercero, la gran potencia mundial relegada con la medalla de bronce.
También están los Campeonatos Mundiales de Natación de Kazán 2015, donde el equipo mexicano fue el segundo más aplaudido, algo similar a los Juegos Panamericanos Guadalajara 2011.
Fue como estar en casa, se me salieron las lágrimas de la emoción, las calificaciones en la pizarra para un octavo lugar mundial histórico, arriba de Francia, otra potencia, y todo me pareció estar en el pódium, expuso.