El ataque suicida en el perímetro de la sede diplomática “es por definición un acto de terror“, puntualizó el vocero de la Casa Blanca, Jay Carney, quien indicó que hasta el momento se desconoce al responsable o los motivos del atentado.
La vocera del Departamento de Estado, Victoria Nuland, añadió por su parte que Estados Unidos condena el atentado “en sus términos más fuertes”.
Apuntó que el acto ocurrió en un punto de inspección a las 13:13 horas locales (09:13 GMT) y que murió uno de los guardias locales, en tanto que otros dos que estaban al otro lado de la barrera de seguridad resultaron heridos y un visitante turco está grave.
El resto de los afectados eran miembros del personal estadounidense y turco que fueron impactados con objetos tras la explosión, pero ya recibieron tratamiento y han sido dados de alta.
“El nivel de protección de seguridad en nuestra instalación en Ankara aseguró que no haya significativamente más muertos ni heridos”, puntualizó Nuland.