MEXICO (AP) Varias personas que fueron detenidas arbitrariamente y presuntamente torturadas por la policía mexicana han sido liberadas tras pasar años detenidas, indicaron grupos en defensa de los derechos humanos el jueves.
Entre los liberados se encuentran cuatro personas que fueron detenidas en 2012 y 2013 en ciudades que hacen frontera con Estados Unidos y que fueron acusadas de delitos por los que a la larga fueron absueltos. Todos fueron dejados en libertad el miércoles.
Amnistía Internacional indicó a través de un comunicado que los casos ofrecen “esperanza de justicia a un incontable número de personas torturadas y detenidas injustamente”.
Tres de los liberados son Cristel Piña, Eduardo Estrada y Leonardo de la O, que fueron detenidos en agosto de 2013 en Ciudad Juárez, al lado de El Paso, Texas, y acusados de pertenecer a una red de extorsionistas, de acuerdo con dos organismos no gubernamentales mexicanos, los centros de derechos humanos Miguel Agustín Pro Juárez y Paso del Norte.
Mientras se encontraban detenidos presuntamente fueron torturados física y psicológicamente por la policía, y Piña en particular sufrió abuso sexual, de acuerdo con los grupos.
“El caso de Cristel refleja el patrón sistemático de la tortura sexual que enfrentan las mujeres mexicanas que son detenidas por agentes de seguridad”, subrayaron los centros. “Consideramos de suma importancia que se condene el uso de tortura como forma de investigación”.
Piña, Estrada y De la O fueron absueltos por un juez el 9 de noviembre y ahora buscan que quienes los torturaron sean castigados.
El comunicado de Amnistía Internacional señala que Piña fue golpeada y torturada hasta que aceptó hacer una confesión grabada en video.
El documento también abordó el caso de Adrián Vásquez, un chofer de autobús que fue arrestado hace tres años al ser acusado de narcotráfico. Él, también, fue presuntamente torturado por la policía, y liberado de una prisión cerca de Tijuana, en la frontera con San Diego.
“El hecho de que jueces de diferentes estados del país puedan desmontar acusaciones débiles que solo se sustentan en confesiones obtenidas tras torturas demuestra que puede haber esperanza de justicia para otros casos”, declaró Erika Guevara Rosas, directora para las Américas de Amnistía Internacional.