El volcán Wolf, en las islas Galápagos, ha disminuido notablemente su actividad eruptiva por lo que no existen flujos de lava cercanos al mar, informó el martes el Parque Nacional Galápagos.
El organismo destacó que la erupción se produce por el flanco sureste de volcán Wolf a más de 6 kilómetros del hábitat de las iguanas rosadas, especies únicas en el mundo, las iguanas amarillas y de la población de tortugas gigantes, por lo cual los técnicos “suponen que no habrá mayor afectación a la fauna endémica de Galápagos“.
Tras un sobrevuelo de técnicos a la zona, esa entidad determinó que “no existen flujos de lava cercanos al mar, por lo que se concluye que la actividad se ha reducido notablemente” lo cual coincide con informes de reportes de guías cercanos al volcán.
Añadió que no se descarta la posibilidad de que existan otros flujos de lava hacia el interior de la caldera, o a través de túneles subterráneos. Esto, dado que se observa gran cantidad de ceniza y vapor en los alrededores del volcán.
Las operaciones turísticas no se han suspendido en Galápagos por la erupción de este volcán, uno de los cinco activos que tiene la isla Isabela, la más grande del archipiélago ecuatoriano, ubicado a unos 1.000 kilómetros del continente.
La población humana más cercana, Puerto Villamil, se encuentra 115 kilómetros al sur de la isla Isabela.
Este volcán tiene una altura de 1.707 metros sobre el nivel del mar, su caldera tiene 5,5 a 6,5 kilómetros de diámetro y una profundidad de 700 metros. La última erupción se registró en 1982, según los informes oficiales.