México, 23 Ene (Notimex).- El análisis de la belleza no debe restringirse sólo al plano de lo estético, su comprensión conduce al estudio antropológico y político del contexto, afirmaron académicos de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) y de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP).
En el artículo Entretejiendo la belleza y el cuerpo, que se incluye en el libro Prácticas corporales en la búsqueda de la belleza, los académicos Verónica Rodríguez Cabrera y Elsa Muñiz García, de la Unidad Xochimilco de la UAM, y Mauricio List Reyes, de la BUAP comentaron que cada cultura muestra prácticas que son cuestionables para el resto del mundo.
En un comunicado, la UAM señaló que los concursos de belleza, las cirugías plásticas y los tratamientos de belleza tipo spa se entrelazan a los intereses económicos fomentados por la industria de la imagen que gobierna el mundo de la apariencia y el culto al cuerpo.
En los análisis acerca del significado de belleza en diferentes contextos occidentales vertidos en este libro se cita como ejemplo que los chinos solían vendar los pies de las mujeres para reducir su tamaño provocando agudos dolores que les impedían caminar con libertad.
En tanto que los mayas practicaban la deformación craneana; en África o Nueva Guinea decoran sus cuerpos con escarificaciones en la piel, y en Birmania las mujeres acumulan aros en el cuello para alargar su tamaño.
Los académicos analizan también cómo programas, entre ellos Photoshop, transformaron la percepción sobre la apariencia de las cosas. Imágenes y autorretratos recorren el mundo a través de las redes sociales, que han servido para modificar la manera como nos percibimos y queremos que otros nos perciban.
Afirman que el componente de la belleza se vuelve de autodiferenciación, dejando de ser un asunto especial para pasar al plano de lo cotidiano.
Sin importar si se tiene éxito o no, las prácticas de belleza influyen en la vida, mientras exacerban el dolor, el miedo a envejecer, la obsesión por un cuerpo fitness y por la aprobación social respecto a los cánones de belleza en turno.
Mencionan que, sin embargo, el riesgo de una obsesión es que conduce a trastornos psicológicos y alimenticios que provocan anualmente la muerte de miles de jóvenes.