Abogado palestino habla de foto pateando lata de gas

RAMALA, Cisjordania (AP) — Una de las imágenes más memorables que ha dejado la actual oleada de enfrentamientos entre israelíes y palestinos muestra a un joven abogado palestino con gafas de sol, traje y una toga pateando una lata de gas lacrimógeno israelí para alejarla de él, suspendido en el aire y con las piernas bastante por encima del humo blanco.

Parte de su atractivo es lo inesperado: Los palestinos que se enfrentan a soldados israelíes son normalmente jóvenes enmascarados que lanzan piedras vestidos con vaqueros descuidados, no profesionales con atuendos elegantes.

Pero Hassan Ajaj, el abogado, cree la imagen tomada el pasado 12 de octubre por el fotógrafo de The Associated Press Majdi Mohammed — que acumula más de 1,8 millones de visitas solo en un sitio de fotos compartidas — destaca también porque su desafiante acto espontáneo muestra el alcance de la frustración de los palestinos.

Muchos palestinos sostienen que las cinco décadas de ocupación israelí se ciernen como una nube oscura sobre cada aspecto de su vida, con restricciones incluso sobre las actividades más mundanas en otras partes del mundo son habituales, como conducir hasta una playa o volar desde el aeropuerto más cercano.

“Esto demuestra que como abogado palestino, soy parte de mi pueblo, parte del deseo palestino de liberación”, dijo Ajaj, de 26 años, el sábado durante una entrevista en un restaurante propiedad de su acomodada familia en una azotea en la ciudad cisjordana de Ramala.

Pero Ajaj y sus compañeros no son como la generación que se levantó contra la ocupación a finales de la década de 1980. La sociedad palestina estaba aclimatándose tras un paso de lo rural a lo urbano, la mayoría sabía poco del mundo más allá de sus fronteras y los activistas se comunicaban a través de panfletos enviados por fax.

Los jóvenes palestinos de hoy en día tienden a tener un nivel mayor de educación que el de sus padres. En la actualidad, de los 4,4 millones de personas que viven en Cisjordania, la Franja de Gaza y Jerusalén oriental — las tierras que Israel capturó en 1967 —, más de 222.000 estudian en colegios y universidades, el doble que hace una década.

Ajaj y los de su generación tienen en los medios sociales una ventana al mundo y sus expectativas son similares a las de los adultos jóvenes de Europa o Estados Unidos.

“Los medios sociales ayudaron a los palestinos a compararse con otras sociedades”, dijo Ajaj, que practica la ley penal. “Tienen derecho a vivir como cualquier otra nación”.

La última ola de violencia, una de muchas en el largo conflicto en la región, estalló a mediados de septiembre con choques entre palestinos que lanzaban piedras y policías israelíes en un importante lugar sagrado de Israel que veneran tanto judíos como musulmanes. Los palestinos temen que los judíos quieran ampliar su presencia en el Monte del Templo — también llamado Explanada de las Mezquitas, que está custodiado por Jordania y donde los judíos tiene prohibido orar, aunque sí pueden visitarlo. Israel niega estas afirmaciones.

En este tiempo, once israelíes murieron en ataques palestinos, la mayoría apuñalamientos. En el otro bando, 69 palestinos perdieron la vida por fuego israelí, incluyendo 43 que según Israel están implicados en agresiones o intentos de agresión.

Ese 12 de octubre, decenas de miembros del Colegio de Abogados Palestino marcharon desde el Palacio de Justicia de Ramala a una rotonda en lo que, según Ajaj, fue una manifestación pacífica sin lanzamiento de piedras de por medio. Las mujeres y hombres que participaron vestían con un estilo formal, con traje y cortaba y togas negras, dijo el fotógrafo de AP Mohammed que cubrió la protesta.

Soldados israelíes dispararon granadas de aturdimiento y gases lacrimógenos para detener su avance, explica Ajaj. Algunos de los manifestantes fueron alcanzados por los gases lacrimógenos. Su ya famoso despeje fue espontáneo: “Yo sólo quería alejarla pateándola (la lata) con el pie de distancia”.

Cuatro días más tarde, la página web Buzzfeed dijo que participantes en un concurso de modificación de fotografías habían convertido la imagen en un “gran meme”. En las fotos trucadas aparecía como saltador de vallas, estrella del rock, bailarín y jugador de futbol.

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