Damasco se ha teñidos de sangre en el primer día de trabajo tra el Ramadán y la fiesta islámica Eid el Fitr.
Fueron al menos 18 personas, entre ellos civiles con algunos miembros de seguridad de aquel país han fallecido, mientras que 15 más resultaron heridas este domingo tras un atentado suicida realizado con un coche bomba el cual fue registrado en las cercanías de la plaza Tahrir en la capital Siria, cerca también del centro histórico.
El Observatorio Sirio de Derechos Humanos, ONG, que tiene algunos informadores dentro de terreno, aseguró que otros dos vehículos cargados con explosivos han sido interceptados y destruidos tras haberse registrado una persecución policial en la carretera que conduce al aeropuerto.
Sin haber precisado el número de víctimas, la agencia de prensa oficial SANA había informado que “los terroristas intentaron hacer estallar tres coches bomba de forma simultánea”. Dos des estos fueron destruidos por las fuerzas de seguridad en la carretera del aeropuerto, según la misma fuente, mientras el conductor del tercero de estos vehículos logró hacer detonar la bomba.
Las imágenes que han circulado respecto al incidente por parte de la televisión estatal han mostrado restos de los vehículos calcinados o dañados por la explosión registrada.
La explosión coordinada de los tres vehículos bomba, la cual aún no tiene una autoría clara, después de que ningún grupo terrorista se lo haya adjudicado, el cual podría haber causado una matanza en Damasco.
Controlada por el régimen del presidente Bachar el Asad, la capital se ha mantenido en gran medida al margen de los violentos combates que desde el inicio de los conflictos en marzo del 2011, han ensangrentado el país árabe.
La principal ciudad siria contaba con más de 2.5 millones de habitantes, los cuales se han ido disminuyendo a lo largo del conflicto, esto a consecuencia de las explosiones y mortíferos ataques registrados en la zona.