Es un virus común, casi nunca dañino, pero si confluyen ciertas circunstancias desafortunadas, puede ser devastador para los bebés cuando sus madres lo contraen estando embarazadas.
Daño cerebral, sordera y otros defectos de nacimiento están entre los problemas potenciales, que surgen cuando las mujeres transmiten inadvertidamente el virus en la matriz. Como estas complicaciones son inusuales, la gente nunca ha escuchado del citomegalovirus (CMV).
El CMV está relacionado con gérmenes que causan herpes genital, herpes labial y varicela. Se contagia al contacto con fluidos de una persona infectada. Las infecciones por lo general son silenciosas, pero pueden causar dolor de garganta y fatiga.
Sin embargo, el virus puede ser peligroso para las personas con sistemas inmunes débiles, como en el caso de los pacientes con VIH y personas que les han trasplantado órganos. También puede interferir con el crecimiento cerebral del feto.
Las posibilidades de contagio al estar en gestación son pequeñas y las posibilidades de transmitir el virus en útero son todavía menores. De unos 4 millones de nacimientos en Estados Unidos, alrededor de 30.000 bebés menos de 1% nacen infectados con citomegalovirus. Unos 5.000 de esos bebés tendrán problemas permanentes relacionados con el virus.