Cuando le pides a un niño con los ojos vendados, que reconozca a su madre entre varias mujeres, sólo utilizando el tacto y el olfato, algo sorprendente ocurre.
La conexión entre una madre y un hijo es tan única y especial, que aún con los ojos vendados un niño es capaz de reconocer a su madre, sin dudarlo un segundo.
Mira los hermosos resultados de este experimento: