Una de cada tres mujeres es infiel, pero ¿por qué?
Una necesidad del ego personal se esconde tras cada conquista. Cuando se habla de infidelidad hay dos vertientes: el punto de vista biológico y el psicológico
Cuando se habla de engaños amorosos casi siempre están asociadas al sexo masculino, una idea que, según un reciente estudio, parece que hay que empezar a quitarse de la cabeza. La infidelidad femenina es un fenómeno al alza. Mujeres infieles, salgan de sus trincheras.
Según el Instituto Francés de Opinión Pública (IFOP), una de cada tres féminas ha sido infiel en algún momento de su vida. Sí, participaron mujeres de todo el mundo. Y es que la infidelidad no distingue nacionalidad o clase social, pasa hasta en las mejores familias.
Hay quienes manifiestan que la infidelidad no tiene nada que ver con la búsqueda de una satisfacción sexual carente, sino que es la búsqueda por una variedad en la experiencia sexual. Y que quede claro, no es justificación.
A diferencia de lo que ocurría en 1970, cuando solo un 10 por ciento de las féminas reconocía haber mantenido relaciones fuera de la pareja, y también en comparación con el 24 por ciento que admitía haber sido adúltera en 2001, el actual porcentaje de mujeres infieles alcanza ya el 33 por ciento.
Probablemente el dato más perturbador es el que indica que el 23 por ciento de las encuestadas admite que caería en la tentación si se le garantizara de antemano que nadie se enteraría nunca del affaire.
El 55 por ciento cree que podría ser infiel a su pareja si la aparición de otro hombre fuera capaz de despertar algún tipo de sentimiento en ellas. Pero ¿por qué?
“Expectativas no cumplidas” fue el factor con mayor porcentaje de votos en México con 57 por ciento. “Problemas de comunicación y factores sociales” obtuvo 19.6 por ciento, seguido de “Rasgos de personalidad” con 16.1 por ciento y por último “Condiciones ético sociales” con 7.1 por ciento.
La encuesta logró determinar que la sensación de sentirse poco valorado es también un factor importante para la infidelidad. Cuando se trata de infidelidad femenina, la infidelidad está entre la cabeza y el corazón.