Hay muchas razones por las que los dientes se ponen amarillos. Para empezar, los dientes no son siempre tan puramente blancos como se ve en las revistas. Aquí los mejores trucos para lucir una sonrisa de oreja a oreja.
Algunos alimentos como el café, el té negro, el refresco de cola, las uvas, el vino y las salsas dañan el esmalte de los dientes.
No solo eso, fumar y la higiene juegan un rol fundamental en este problema.
La edad misma causa el color amarillento en los dientes. Quienes poseen un esmalte dental grueso tienen dientes más blancos. Al envejecer este esmalte también se hace más fino.
Un blanqueamiento dental con láser es un método para aclarar la dentadura que debe realizarse en el consultorio odontológico. Y aunque es efectivo, quienes lo han experimentado aseguran que no fue un día de campo.
Por eso (y muchas cosas más), back to basics, vamos a los trucos caseros, sin dolor, sin gastos excesivos y con (constancia) buenos resultados.
- Cáscara de plátano. Después de lavarte los dientes, simplemente frota la parte interna de la cáscara de plátano sobre los dientes por dos minutos. Contiene ácido salicílico y ácido cítrico, la combinación perfecta para blanquear los dientes de manera natural.
- Bicarbonato de sodio. El remedio radica en cepillarse los dientes con bicarbonato de sodio. Sin embargo, si se usa muy a menudo puede dañar el esmalte de los dientes, algo que no hace la cáscara de banano.
- Pulpa de fresa. La fresa también contiene ácido salicílico, trabaja del mismo modo que la cáscara de plátano. Lo que hay que hacer es frotarse suavemente los dientes con la pulpa de una fresa.
Cepillarse los dientes, por supuesto, ayuda a prevenir las manchas y los dientes amarillos.
Y aunque parezca sermón, la recomendación general es cepillarse después de cada comida o por lo menos dos veces al día.
Es muy importante también usar el hilo dental para limpiar a profundidad.