¿Transpiración? ¿Mal olor? ¡Aquí algunos remedios para combatirlos!
El mal olor corporal suele estar causado por una excesiva transpiración por parte de las glándulas sudoríparas.
La transpiración y el mal olor corporal, conocido también como osmidrosis o bromhidrosis, es un trastorno que se produce principalmente por microorganismos (bacterias y hongos) que se desarrollan en el sudor cuando existen las condiciones necesarias, como la falta de higiene.
La mayor parte de la transpiración consiste en un fluido inodoro compuesto por agua, sal y pequeñas cantidades de algunos elementos segregados por las glándulas sudoríparas ecrinas distribuidas por todo el cuerpo.
Sin embargo, la transpiración generada por las glándulas sudoríparas apocrinas, ubicadas en las axilas y las áreas genitales, es rico en materia orgánica ideal para la reproducción de las bacterias que se multiplican y se descomponen en estas secreciones lo que causa el olor de cuerpo.
Remedio para el mal olor corporal #1: Beber una taza de infusión de salvia todos los días contribuye a reducir la actividad de las glándulas sudoríparas.
2. Aplicar un puñado de hojas frescas de salvia mezcladas con jugo de tomate sobre las axilas resulta tan eficaz que los desodorantes comerciales.
3. Mojar las axilas con una mezcla de té de corteza de sauce y bórax.
4. Empolvar las axilas limpias y secas con maicena o con polvo de arroz.
5. Mezclar 1 cucharada de bicarbonato de soda y el jugo de un limón. Lavar las axilas a diario con esta preparación.
Además de los siguientes tips:
Lave su ropa con la temperatura más alta posible y séquela porque la bacteria puede sobrevivir en la ropa húmeda y producir sus olores característicos.
Esto se recomienda sobre todo a adolescentes, ya que al encenderse de manera hormonal y frecuente, se produce más sudor.
Evitar la ingestión de tóxicos o bebidas alcohólicas y estimulantes como el café, los cuales aumentan la producción de sudor.
No consumir alimentos como el ajo, cebolla o especias fuertes, cuyos productos aromáticos pueden eliminarse por el sudor.
Hacer uso de infusiones o lociones elaboradas a partir de plantas con propiedades antibacteriales o fungicidas, como la salvia, manzana o lechuga.