Los bebés son un regalo maravilloso, pero también para algunos significan postergar algunos planes. Exigen que los alimentes cada 6 horas, que les cambies los pañales otras 8 veces al día y lloran incansablemente si algo les molesta. Son tan pequeños, frágiles, tan sensibles. Necesitan de nuestra completa atención para poder desarrollarse y crecer sin complicaciones.
Pero no te asustes. Ellos pueden adaptarse perfectamente a tus panoramas al aire libre preferidos y evitarte así, que quedes en casa cuidándolo mientras tus amigos van a esa impresionante excursión de la que estaban hablando hace semanas.
- Los bebés son livianos. Puedes llevarlos en una mochila para bebés y hasta correr con ellos a tu espalda.
- Los bebés no hablan. No estará preguntado cada 5 minutos si llegaron al lugar de destino, ni discutirá por la ruta que elegiste. Sin duda el llanto podría ser muy tortuoso, por lo que salir a caminar por un hermoso parque o hacer un paseo en canoa por un río de aguas calmas, podrían ser los panoramas perfectos.
- No necesitan accesorios para acampar. No necesitarán costosos zapatos de escalada o sacos de dormir. Les basta con su biberón, y el calor y sonrisa de su madre.
- Pasará la mayor parte del tiempo dormido. Es difícil resistir el movimiento de balanceo de su mamá o papá cuando van caminando. Apenas comiences la expedición, él estará parpadeando más de la cuenta, no olvides protegerlo del sol.
- No tendrá miedo a nada. Si le enseñas desde pequeño a estar en contacto con la naturaleza, entonces será mucho más fácil llevarlo a acampar cuando comience a caminar, además generará inmunidad a ciertas alergias que otros niños que pasan mucho tiempo en casa, tienen comúnmente.