1. Tengo una vida cómoda, ¿para qué arriesgarme a dejarla por algo incierto?
Algunos creen que no tienen la edad suficiente para dejarlo todo, aventurarse y escapar de la cotidianidad. Pero nunca es demasiado tarde o demasiado temprano para darle un giro radical a la vida e irse lejos de casa.
2. Tengo más miedo que interés por explorar el mundo
Algunos rincones del mundo son mucho más de lo que dicen algunos. En ocasiones vale la pena arriesgarse a enfrentar peligros y romper la inseguridad.
3. Temo alejarme de mi familia y mis amigos
Irse lejos no implica olvidar a nuestra familia y amigos, ni que nos olviden. Hoy en día las posibilidades de comunicación permiten sentirse cerca de quienes amamos.
4. Creo que viajar debería ser relajante, no lo opuesto
Luchar contra corriente de un viaje arriesgado trae otro tipo de satisfacciones difíciles de alcanzar de otro modo, el costo es dormir casi en cualquier lugar, movilizarse con mucho peso y estar incómodo en ocasiones.
5. Pienso que es un gran esfuerzo
Viajar debería ser un lujo, un privilegio no una obligación o un castigo. Liberarse de una forma radical podría traer grandes sorpresas; quizá las más gratificantes.
¿Te atreves a viajar de mochilero?