Cuando le preguntas a un padre primerizo ¿cuál fue su experiencia al convertirse en padre? Seguramente te contestará que “el día en que nació su primer hijo fue el día más feliz de su vida” y que “todos los sacrificios y desvelos a los que tuvo que someterse valieron la pena al ver la sonrisa de su primogénito”, y no dudamos que esto sea real. Sin embargo, un estudio reciente realizado por el Instituto Max Planck de Investigaciones Demográficas en Rostock, Alemania, sugiere que el estrés que se genera al experimentar la paternidad por primera vez puede ser mayor al que se vive en situaciones como el divorcio, desempleo e incluso la muerte de la pareja.
Para llegar a esta conclusión, la cual fue publicada recientemente en la revista Journal Demography por Mikko Myrskyla, demógrafo y director en el Instituto Max Planck, y Rachel Margolis del departamento de sociología en la Universidad de Western Ontario, los investigadores observaron la información de bienestar de 2.000 padres primerizos, desde dos años antes del nacimiento de su primer hijo hasta el año después de su nacimiento. De igual forma, descubrieron que el 58% de los casos estudiados decidieron postergar el nacimiento de su segundo hijo, nueve años después del primero.
“La investigación se relaciona con un tema tabú. Rara vez se discute el hecho de que los padres a menudo experimentan una considerable pérdida de felicidad después del nacimiento de su primogénito”, señaló el instituto en una comunicado de prensa. “El nuevo estudio muestra que para las madres y los padres en Alemania, la baja respecto a la satisfacción que sienten en su vida durante el año siguiente después del primer nacimiento es aún mayor que la que es causada por el desempleo, el divorcio o la muerte del compañero”.
De acuerdo a los autores, con esta investigación no buscaban conocer las causas de que los padres se sientan felices o infelices tras el nacimiento de su primer hijo, sino encontrar las razones por las cuales, aún cuando la mayoría de las parejas alemanas dicen que les gustaría tener dos hijos, después de tener al primero deciden tener sólo uno.
Por su parte, muchos de los padres encuestados estuvieron de acuerdo en que los puntos bajos de la paternidad pueden ser muy bajos, por lo que afirmaron que realmente se necesita de una comunidad completa para salir adelante.
Finalmente Mikko Myrskyla aseguró que “a pesar de la infelicidad que se experimenta después del nacimiento del primer bebé, el tener hasta dos hijos en realidad aumenta la felicidad general en la vida”.
¿Ustedes qué opinan?